El ex empresario kirchnerista tiene empleados dentro del pabellón y una celda con todas las comodidades.
Así es la vida de Lázaro Báez en la cárcel
Lázaro Báez lleva más de dos meses preso en el penal de Ezeiza, en la causa se investiga el lavado de dinero y enriquecimiento ilícito durante la era K.
Lázaro, tras las rejas, tiene una vida de millonario.
Fuera de la cárcel, el escándalo sigue sumando nuevos capítulos, ahora con la orden de detención de los cuatro hijos del empresario, por la aparición de cuentas en Suiza a nombre de ellos. Sin embargo, dentro del penal, Báez se ha esforzado por hacer de su estadía tras las rejas algo cercano a como era su vida de millonario, salvando las enormes distancias.
Según una investigación de Revista Noticias, Lázaro Báez está en un pabellón que antes era de transexuales y fue desalojado tras su llegada. Después, progresivamente, fueron seleccionando a los compañeros de celda del empresario: hombres mayores de 50 años, con pocos antecedentes.
Uno de los compañeros de Lázaro es su contador, Daniel Pérez Gadín, con quien discute frecuentemente.
Según informaron fuentes cercanas, el empresario tiene un televisor en su celda y, el día en que Cristina Fernández habló en la puerta de Comodo Py, Báez se descargó: “Esta hija de puta los verduguea en la cara y yo me voy a quedar acá adentro de por vida.”
Los "mayordomos"
Según relatan personal del servicio penitenciario y algunos ex compañeros de Báez , el empresario tiene "empleados" dentro del pabellón. Se trata de algunos compañeros de celda a quienes el preso más famoso de la Argentina convenció para que le limpien la celda, le laven la ropa y le cocinen. A cambio, a través de un intermediario, les hace llegar una suma de dinero a las familias de sus "mayordomos."
La celda
Lázaro Báez tiene en un celda un televisor, un horno eléctrico provisto por su familia y una heladera. Esta última está siempre repleta de comida de primer nivel, ya que sus familiares le envían todas las semanas una vianda equivalente a $4000.
Báez suele compartir su gran festín con sus compañeros. Sin embargo muchos han rechazado sus ofrendas debido a las múltiples acusaciones que pesan en su contra.
La rutina
Según cuentan las fuentes del penal, Lázaro Báez pasa los días jugando al truco con sus compañeros de pabellón, lee novelas y libros de política, mira televisión e intentó jugar al fútbol, pero por su arritmia se lo prohibieron.
Sin embargo, hay una actividad a la que destina la mayor cantidad de horas: leer el expediente de su causa, planeado la próxima estrategia en esta causa que ha de ser una de las más resonantes en la historia política argentina de los últimos años.
