El fiscal Dante Vega integra el proyecto ATAJO, que busca crear fiscalías dentro de villas y asentamientos. ¿Idea brillante o mera utopía?
¿Para qué sirve el sistema ATAJO que impulsa la justicia en Mendoza?
La justicia funciona mal, es una verdad de Perogrullo que no sorprende a nadie. Los fiscales investigan como pueden —y como quieren— y admiten que el sistema está más que saturado.
Uno de los que se muestra pesimista es el fiscal mendocino Dante Vega, quien plantea la necesidad de “romper la inercia de un Poder Judicial de espaldas a la gente” y admite que se debe repensar el papel del Ministerio Público Fiscal en especial en territorios con población vulnerable y de alta conflictividad.
Y allí aparece ATAJO, sigla que denomina a las Agencias Territoriales de Acceso a la Justicia, una iniciativa que intenta llegar a los lugares donde hoy no llega la justicia.
Las “Atajos” se han pensado para asistir y prevenir violencia de género, o familiar, o para que deje de ser algo normal que un cadáver esté tirado durante días en la calle tras un ajuste de cuentas. Es lo que dicen sus propulsores, claro.
Sin embargo, ¿puede la buena intención generar el cambio necesario? ¿O hay que hacer una reforma más profunda?
La situación actual de las fiscalías de todo el país es de una precariedad que abruma, con poca digitalización de los expedientes y pocos recursos destinados a la mejora del trabajo de los profesionales.
En ese contexto, es poco y nada lo que puede hacer ATAJO, aún cuando sea un programa cargado de buenas intenciones. ¿No sería más útil que los jueces pudieran acelerar los expedientes que languidecen en sus despachos? ¿Cómo es posible que se abran más causas cada día que las que pueden manejar los propios magistrados? Preguntas sin respuesta.
Se insiste, ATAJO es una gran idea, utópica por ahora. Por caso, para el fiscal Vega, coordinador del Distrito de Mendoza de ATAJO —donde se presentó oficialmente el programa en la provincia— advirtió que el Ministerio Público “es mucho más que las fiscalías”. Está claro, pero sigue sin solucionar los problemas de fondo.
Junto a Vega participaron Julián Axat y la fiscal ante los tribunales orales de Mendoza, Patricia Santoni. Balance del trabajo realizado y proyección para el año 2016.
Vega tiene razón cuando asegura que es necesario “romper con la vieja inercia de un Poder Judicial de espaldas a la gente”, pero nunca explica cómo esto podría hacerse, aún cuando una de sus máximas es irrefutable: “Una cosa es hablar de la justicia desde los juzgados y otra muy distinta es ir a los barrios”.
En la presentación de ATAJO, María del Valle Gómez Lausi, coordinadora del equipo de ATAJO Mendoza, expuso el reconocimiento institucional y territorial que obtuvo la agencia local del MPF de la Nación, que le permitió alcanzar un importante grado de vinculación y de trabajo conjunto con los fiscales con competencia federal.
No obstante, tampoco pudo explicar cómo se implementará, ni con qué recursos contará.
Como su nombre lo dice, ATAJO es eso: la posibilidad de cortar camino, para solo para llegar al mismo lugar. Más de lo mismo.



