La aplicación que usó el presidente para mostrar los detalles de la visita de Obama es la más seguida por los jóvenes.
¿Qué es y cómo se usa Snapchat?
Facebook, Instagram, Twitter, Whatsapp… Es demasiado, ¿no? Por eso no tardaron mucho en desarrollar una aplicación que sea, al mismo tiempo, chat y red social y así, nació Snapchat. Con un agregado: la discreción.
Es que los mensajes enviados se borran automáticamente luego de ser vistos y, las historias que se publican duran un día. Por eso es la aplicación preferida por los “millenials” (nacidos luego de 1980), por los infieles y claro, por los funcionarios.
En una nota publicada en La Nación, Julián Gallo, director de contenidos y estrategia en redes sociales de Mauricio Macri, afirma que “Snapchat es una nueva ventana para que el Presidente pueda comunicarse de manera directa con más personas y mostrar aquello que raramente se ve o nunca se vio de su actividad”.
Según los datos proporcionados por Gallo, 75.000 personas añadieron a Macri en los primero tres días y alguno de los videos de la visita de Obama superaron el medio millón de vistas. Macri no es el único que elige esta red como parte de su estrategia digital: Hillary Clinton, por ejemplo, transmitió su primer mitin de forma íntegra a través de la aplicación.
Cómo usarla
Snapchat sirve para chatear pero también para contar cosas a través de la imagen: mucho video y fotos.
Como toda red, primero hay que tener contactos: Snapchat permite añadir amigos desde la lista de contactos (la app misma encontrará cuáles de tus contactos la usan) o buscándolos por nombre de usuario (que debe ser exacto). Y también se pueden usar Snapcódigos: la silueta del fantasma en el cuadradito amarillo funciona como un código QR, al apuntar la cámara, manteniendo pulsada la pantalla, esa persona queda agregada como amiga. Los Snapcódigos de muchas celebridades y marcas están en Google. Además, Snapchat ofrece usuarios para descubrir (tocando en Discover).
La inicial es la que permite tomar una foto o registrar un video corto, decorarlo con un texto muy breve, intervenirlo con dibujos con el dedo, emojis y filtros, y publicarlo en nuestro historial (visible para todos los que nos siguen) o enviarlo a uno o más usuarios en particular. En el caso de las fotos se puede elegir la cantidad de segundos que estarán en pantalla antes de pasar a la publicación siguiente (un snap). Esas publicaciones desaparecen después de un día, así puede que publiques algo y alguien se lo pierda. En lo efímero está toda la clave de este servicio.
La otra opción es el chat: a través de Snapchat se puede chatear (en forma privada, con una sola persona; nadie verá esa conversación) usando texto, fotos y videos cortos. Y desde su reciente actualización (publicada esta semana), se pueden realizar llamadas de voz y videollamadas. También permite agregar ediciones y filtros bastante simpáticos a las imágenes, creando selfies animadas. También se pueden enviar audios o videos cortos (como los de Whatsapp, pero más breves), que quedan como un loop animado.
Los chats, como los snaps, aparecen a la izquierda de la pantalla de inicio. Allí aparecerán también los mensajes de alguien que haya comentado una de las publicaciones generales (las que van al historial del usuario). No hay historial para el chat: se borra si salís de la aplicación o si pasa un tiempo.
Los snaps de un usuario se ven en orden cronológico; cada snap se verá en pantalla el tiempo que eligió su creador (3 segundos para una foto es el estándar) pero se puede pasar al siguiente tocando la pantalla; lo mismo sucede con los videos.
Se puede elegir mirar los snaps de un usuario particular o (desde la última versión) arrancar por el primero y dejar que vaya saltando de usuario a usuario. Una vez que las viste las podés volver a ver al rato, pero eventualmente desaparecerán.
Para muchos, la inmediatez es lo más atrctivo de esta red, tanto en la generación de los mensajes (los contenidos, ya sea fotos o videos, deben realizarse en vivo desde el teléfono que se envían y no pueden provenir de una galería y no pueden reenviarse, compartirse en otra plataforma, etcétera) como en la recepción, por la corta duración de los mensajes.
La privacidad es otro punto a favor de la red. Los mensajes no pueden ser compartidos. Es posible descargar las fotos y los videos que generó un usuario para que haga con ellos lo que desea, pero no se puede tomar posesión del contenido de otro, como sí sucede las demás redes sociales.
Así, la privacidad, la sencillez de uso (una vez que entrás en la lógica) y lo efímero de las publicaciones (no hay historial público que se transforme en un carpetazo de archivo en un tiempo) es lo que lo hace tan atractivo, sobre todo entre los jóvenes. De hecho, no está de más recordar que su filosofía general nació cuando se definió su intención original, ya que el uso inicial de Snapchat estaba orientado al sexting, gracias a que se trataba del envío de fotos y videos cortos que se autodestruían una vez vistos.



