Durante el Mundial de 1974, el capitán de la Naranja Mecánica "venció al sistema".
El acto de mayor rebeldía del inolvidable Johan Cruyff
El Mundial de 1974 marcó el inicio de la Naranja Mecánica. Esa Selección de Holanda liderada por Johan Cruyff implementó una impronta dinámica y vertical a un fútbol que todavía estaba buscando su identidad.
Pero lo que marcó a ese combinado de países bajos fue lamentable: se lo recordará como uno de los mejores equipos de la historia sin ganar nada. En esa Copa, celebrada en Alemania Occidental, perdió la final ante Alemania Federal 2 a 1.
Esa competencia no sólo trascendió por haber tenido una resolución injusta (parecida a la de Alemania 2006, donde Italia venció por penales a Francia), sino porque Johan Cruyff, referente de Holanda, tuvo el mayor acto de rebeldía en su carrera.
El capitán de la Naranja Mecánica era patrocinado en ese entonces por la marca de indumentaria Nike y a la Selección de Holanda la "agarró" Adidas.
Cruyff, en aquellos días, le solicitó a la empresa alemana que le pagara un plus por vestir sus conjuntos. Desde la marca de las tiras le respondieron "la ropa es nuestra". Johan, anarquista nato, le retrucó: "pero la cabeza es mía".
¿Cómo terminó haciendo el crack para vencer al sistema? Créase o no: utilizó durante toda la Copa del Mundo una indumentaria con sólo dos tiras en vez de tres, a diferencia del resto de sus compañeros que usaron la "oficial". El detalle no solamente estuvo en la camiseta, sino también en el pantalón y en la ropa de tiempo libre y concentración.
Así, en la plenitud de su carrera y cuando aún le restaba mucha magia por destilar, Johan Cruyff empezó a dejar en claro que era un distinto de diferentes maneras.



