Gucci, el gatito que se fue de gira un mes por la Primera Sección

Gucci es un gato de rutinas y costumbres. Todos los días sale de su hogar a la misma hora y vuelve a la misma hora. Por eso, el 4 de enero pasado, a la siesta, en la casa de Laura, su dueña, en la calle Patricias Mendocinas y Coronel Plaza de Ciudad, se empezaron a preocupar. Gucci no estaba.

Ya para las 22:00 y sin Gucci, la casa que lo albergó durante años estaba perturbada y triste. Para la medianoche, Laura gritaba su nombre por las calles de la Primera Sección de la Ciudad de Mendoza. Sí, Gucci sabe su nombre y responde cuando se lo llama. 

Laura no se quedó quieta y recurrió a Facebook para publicar sin descanso y en todas las páginas de animales perdidos posibles que Gucci, su inconfundible gatito gris, estaba perdido. 

La respuesta fue inmensa. Laura recibió la ayuda de muchísima gente. De hecho la imagen de “Se busca a Gucci” fue compartida mas de 200 veces por sus propios amigos y desconocidos de Facebook.

Se imprimieron 250 panfletos de “Recompensa”, su dueña tocó más de 100 timbres y habló por lo menos con 50 vecinos. Gucci tenía que haber sido visto por alguien.

  La Primera y Cuarta Sección de Mendoza tenía en cada poste la foto de Gucci, y todos estaban atentos a su aparición.   

Algunos le charlaban, otros solo le recibían el panfleto, otros pocos le aseguraban “creer” haberlo visto, pero Gucci no aparecía.

En un momento, Laura fue hasta Dorrego a reconocer un gato que habían rescatado; se parecía, sí, pero no era él.   

Laura hizo todo lo posible para reencontrarse con Gucci y más, y hasta le dejó comida afuera de la que había sido siempre su casa. 

Hasta se disputó otro gatito gris con una chica que también había perdido el suyo, pero no era Gucci, y tampoco era el de ella. 

Días después, apareció un felino en la parada de la calle 25 de Mayo y Colón. Más de 20 personas le avisaron a Laura. "Gucci está en el Centro". Hasta ahí fue Laura. Lo vio. Tampoco era él. 

Entre tantos mensajes, falsas alarmas y tristeza, un día una mujer le escribió Laura, y le preguntó: "¿Creés en la magia?" 

"Sí", contestó ella.

La chica le recomendó hacer lo siguiente: escribir de su puño y letra en un papel “Gucci vive en la calle Patricias Mendocinas y Coronel Plaza”, y que se lo guardara en el bolsillo de su pantalón. Ella lo hizo, ¿había algo más por hacer? Mientras tanto, seguía buscando, ella, y casi todos los vecinos de Ciudad.  

Por supuesto la desmoralización no faltó. En muchos momentos se pensó que Gucci podría estar muerto. Por lo que Laura ya empezó a buscar en las acequias. 

De repente, el 23 de febrero, 48 días después de su desaparición, a las 2:30 de la madrugada, el gato más famoso de Mendoza (y Facebook) entró como si nada por su puertita hecha a medida desde el patio. S anunció con maullidos. 

Laura estaba tejiendo en su cama, y creyó que se trataba de Siria, su otra gatita,  pero cuando miró a su costado y vio Siria estaba durmiendo a su lado, pegó un salto de la cama y lo vio, ¡ahí estaba! 

Laura y su madre se abrazaron y lloraron mientras Gucci se refregaba por sus piernas. Luego, se dirigió a su plato de comida y comió durante media hora seguida. 

Laura nunca sabrá dónde estuvo Gucci ni qué vivió, aunque esa noche maullaba, como contándole. Ella no le entendió, pero sabía algo. Gucci era feliz.