Ella cuida bebés que van a morir

Cori Salchert es una enfermera retirada que cuida a bebés que están destinados a morir muy jóvenes.

Ella cuida bebés que van a morir

Por: Mendoza Post

Si el paraíso existe, hay ciertas personas que entraran directamente como Cori Salchert, una enfermera que tuvo que retirarse de trabajo en un hospital infantil por una grave enfermedad. Luego de recuperarse se quedó en casa con sus ocho hijos.

"Estos bebés necesitan cuidado, es verdad, pero también necesitan amor"

Un día recibió un llamado de sus antiguas compañeras de trabajo diciéndole que había una niña abandonada de la que nadie quería hacerse cargo. Sus problemas eran extremadamente graves: había nacido sin un hemisferio del cerebro y los médicos no le daban más que unas semanas de vida. Se encontraba en estado vegetativo y no respondía a ningún estímulo.

Sin dudarlo, Cori aceptó a la niña en su casa y toda la familia se dispuso a hacer de sus últimos días los más dulces. Durante 50 días los hijos de la enfermera y su marido la bañaron, acostaron en una cama calentita, le cantaron y la llenaron de amor hasta que murió en los brazos de su nodriza.



La empatía de Cori por estos niños desahusiados surgió luego de que su propia hermana, Amy, sufriera de meningitis cuando era pequeña lo que destruyó parte de su cerebro, dejándola incapaz mental y fisicamente.

Amy tuvo que vivir internada en un centro para chicos con capacidades especiales. A los once años se escapó y murió ahogada en un pequeño estanque de un campo de golf.

Charlie es el segundo inquilino. Llegó en 2014 con cuatro meses de edad y como no, con una grave enfermedad. Pero a diferencia de la pequeña Emmalynn, Charlie no estaba en fase terminal: su problema también era cerebral, pero su expectativa de vida era mayor, unos dos o tres años.

Charlie vive pegado a un respirador mecánico portátil, y muchas veces pierde la consciencia por falta de oxígeno. “Ya no sé cuántas veces hemos tenido que reanimar a este pequeñín”, explica Cori. Pero su grave estado no le impide ir al parque o de paseo, dos actividades que suele hacer a menudo. Incluso hay días que duerme en la cama de sus padres adoptivos.

Cori Salchert y su familia siguen viviendo con Charlie. Y cuando muera, acogerán a otro niño.