Se trata de Mauro Cano. Sus pinturas ya dan la vuelta al mundo.
¿Foto o pintura?: este artista mendocino te va a dejar con la boca abierta
Situaciones de la vida cotidiana y personas comunes y corrientes son retratadas por este artista mendocino de 37 años.
Sus pinturas sorprenden cada día más en una época donde este estilo de ilustraciones -el hiperrealismo- se viraliza en las redes como una especie de reto visual: ¿foto o pintura? Si no se agudiza el ojo, imposible saberlo.
El artista mendocino Mauro Cano demostró desde chico un especial interés por el dibujo y curiosidad por la pintura, hoy sus obras están repartidas en galerías y colecciones personales de todo el mundo.
"Pasaba horas dibujando historietas sobre hojas mecanografiadas que mi mamá traía del trabajo", cuenta al Post.
"En la escuela primaria fui ese niño que le pedían en el colegio que realizara los afiches para las escenografías de las fiestas patrias y actos escolares", agrega.
Pero fue en la adolescencia cuando comenzó con sus primeros retratos y a desarrollarse más en el dibujo.
¿Clases? Nunca
"Nunca fui a tomar clases con profesores o escuelas artísticas. Recién a los 20 años, tras experimentar en la música y el cine, llegué a la facultad de artes. La cual abandoné en pocos años, entendiendo que siempre sería autodidacta", añade Mauro.
Por qué hiperrealismo
"El hiperrealismo, o donde me considero yo ubicado: el realismo contemporáneo, ha sido el espacio pictórico de mayor desarrollo en mi obra. Tal vez por los grandes desafíos técnicos y compositivos que este espacio genera, quizás por ser un camino inmenso e infinito, donde cada obra es un nuevo universo de color, forma, desarrollo conceptual , búsqueda de ideales llenos de fantasía y libertad", sostiene.
"En el realismo no hay forma de quedarse quieto, de estar cómodo, de conocer lo suficiente".
Cuándo comenzó el boom
"Tuve la suerte que mis pinturas comenzaron a venderse desde muy temprana edad. Sin buscar nada, sin transar con propuestas ajenas. Siempre pinté lo que quería, y poco a poco, la misma obra fue encontrando su lugar y su tiempo.
"Yo solo pinto, lo demás fluye por sí mismo".
"En los últimos años supe que mis obras están desparramadas por museos, galerías, espacios culturales y colecciones privadas de muchos países del mundo, pero realmente no me interesa. Lo único que me interesa es la obra", concluye.



