La nueva estafa de los trapitos

Ya son parte del paisaje aunque a algunos les molestan, otros los aceptan y otros los apoyan. Lo cierto es que ahora abusan de la confianza obligada que tienen los automovilistas.

La nueva estafa de los trapitos

Por: Mendoza Post

Las calles de Mendoza, sobre todo de noche en lugares donde hay actividad gastronómica o de diversión nocturna, tienen a los trapitos o cuidacoches. Ellos ofrecen los lugares para estacionar y también lavar el vehículo. Antes, el pago por estas tareas era a voluntad pero luego tarifaron las zonas y horarios.

A veces son 20 pe y otras veces llegan a 50 pe. Pero si hay un evento artístico o un partido de fútbol pueden pedirles a las personas que llegan en auto, 100 pe. Siempre por adelantado.

Pe son pesos; así le dicen los trapitos.

Estas suman se abogaban, muchas veces a regañadientes, por temor a que el coche sea robado y en algunos casos para que los trapitos no lo dañen como represalia. Esto nos hizo aceptar que las calles no son de todos sino de los trapitos.

Todos tomaron esta situación como una avivada pero no quedaba otra. A veces se denunciaba el robo de un auto, o de un objeto de su interior o un daño, pero para ser sinceros, fueron muy pocas veces. Posiblemente más molestaba la prepotencia y la tarifa.

Sin embargo, algo está cambiando.

Los trapitos mendocinos están importando una costumbre de Capital Federal y del conurbano bonaerense.

Se trata de ofrecer el mismo servicio de siempre a cambio de una suman de dinero arbitraria a cambio del cuidado del auto. Pero esto no sucede: una vez que el trapito tiene los billetes en el bolsillo y el dueño de auto se aleja, el cuidacoche desparece.

Es decir, nadie cuida ese rodado y queda a la buena de Dios.

Es decir, los trapitos, seguro que no todos, no solamente obligan a que la gente les pague por estacionar en las calles de todos, también faltan a la confianza engañando a las personas que no tienen otra opción que decirles: “Ok, cuidame el auto”.