Lola: la hipótesis deseada del caso Ángeles

Si a Lola, la mató un depredador cualquiera o lugareño, sólo para robarle, el público se sentiría decepcionado.

Lola: la hipótesis deseada del caso Ángeles

Por:Mauro Szeta
Periodista-Policiales

 En el caso Ángeles Rawson hay una causa judicial con un sospechoso, que es el encargado Jorge Mangeri. 

Hay indicios que lo incriminan, hay ADN, que lo incrimina aún más y hay un juicio por empezar que lo puede llevar a una condena segura.

 En el caso Ángeles, hay también una hipótesis deseada. El público que asistió a la cobertura del caso, eligió como culpable al padrastro Sergio Opatowsky. Y el periodismo se encargó por cuestiones de rating, de insistir con una trama, nunca probada, pero sí investigada.

La idea deseada de noticia era que Ángeles había sido asesinada por el hijo de su padrastro, y que Opatowsky para salvar a su hijo operaba como encubridor.

Cuando esto no cerró, desde el periodismo y no en el expediente, se intentó vincular a Mangeri con la teoría familiar.

Se llegaron a decir cosas como estas, sin sustento legal: "Mangeri y el chico tuvieron que ver con el crimen, pero Mangeri prefiere inmolarse solo en prisión porque lo que tendría que admitir sobre su vida sexual respecto del chico es más humillante aún que el encierro".

 La teoría en síntesis era esta: Ángeles encontró a su medio hermano teniendo relaciones con el encargado, quiso correr a denunciarlo, pero la terminaron matando. Móvil espantoso y nunca probado.

Lo que está claro es que Lola no se mató sola. A Lola la asesinaron. 

En el caso Lola también hay una hipótesis deseada por el público que asiste a la historia televisada, no como si se tratase de un caso real, sino de una serie en capítulos.

En el caso Lola, cuando detuvieron al marido de la madrina, y la imputaron a ella, la hipótesis deseada, por primera vez, parecía ser la hipótesis judicial.

 Deseo de espectador y expediente iban de la mano. Ahí el morbo ganaba en adeptos. Los espectadores hacían elucubraciones. Tenían alguien para odiar: la madrina, el marido.

La hipótesis deseada, por primera vez, parecía ser la hipótesis judicial. 

Es más, sumaban al hijo de 14 años de la madrina como autor, y al marido de la madrina como encubridor, igual que en el caso Ángeles.

Pero en horas, la misma jueza que le dio furia a la hipótesis deseada, dejó libres a los sospechosos y la expectativa se desinfló, en parte. Los sospechosos de la jueza y de los espectadores siguen sometidos a la causa, y de surgir pruebas podrían volver a prisión.

 Lo que está claro es que Lola no se mató sola. A Lola la asesinaron. Su crimen fue brutal, despiadado. Basta con señalar que murió aspirando arena. Basta con señalar que la cortaron, le pegaron y la asfixiaron. Casi no tuvo chance de defensa.

 Mientras tanto se sabe que la causa empezó a los tumbos. De arranque, detuvieron a alguien que se les cruzó por ahí. El primero de los detenidos fue un hombre de 36 años que estaba arañado. Entonces pensaron, si estaba arañado, era el criminal. Seguro que la víctima se defendió y lo lastimó, dijeron.

Luego se supo que este hombre no tenía nada que ver, y que se había lesionado en una pelea conyugal.

 Hernán Tuzinkevich, esposo de la madrina Claudia.

 De ahí se pasó a la hipótesis intrafamiliar. En horas, Hernán Tuzinkevich, esposo de la madrina Claudia, quedó preso por supuestas contradicciones. En horas también, quedó libre, pero bajo investigación penal.

 A la madrina de Lola, también se la indagó, igual que a su hijo de 14 años. La jueza concluyó que no había pruebas y los dejó a todos en libertad. Es más, no les puso ni restricción para que salgan de Uruguay.

En el medio, el padre de Lola, dio dos notas en las que convalidó la detención de Hernán, lo tildó de ex amigo, y dijo que "hace tiempo no confiaba en él".

Con las libertades, la causa parece quedarse sin hipótesis firme, y para colmo de males, parece no haber ADN del agresor en las uñas de Lola.

Si a Lola, la mató un depredador cualquiera o lugareño, sólo para robarle, el público se sentiría decepcionado.

 Lo único certero es que la asesinaron. Lo único certero es que la mataron en el lugar menos pensado. Ella, con 15 años, salió a dar una inocente vuelta por la playa, y encontró una muerte brutal y despiadada.

 En el caso Ángeles, por más que haya una condena contra Mangeri, los que quieren la hipótesis deseada seguirán diciendo que los asesinos son Opatowsky y su hijo, que hubo dinero para hacerlos zafar, y que Mangeri es un perejil.

Las pruebas vs. la hipótesis deseada. 

En el caso Lola, el pastelero Hernán es el sospechoso de la causa y del espectador, y por más que las pruebas no lo incriminen aún, el público ya lo compró como culpable.

 Sólo con él en la mira, en la hipótesis deseada, el caso tiene sentido. Si a Lola, la mató un depredador cualquiera o lugareño, sólo para robarle, el público se sentiría decepcionado, y hasta de modo simbólico, como pasa en el cine, pediría que le devuelvan la plata de la entrada.

Lo peor de todo, es que esto no es cine, ni hipótesis deseada, ni nada. Es un asesinato espantoso, y por ahora impune, sin culpables jurídicos, y sin pruebas concretas contra nadie.

 En este marco, el asesino de Lola, sigue libre, la causa estancada, en foja cero, y a la espera del milagro de algún informe forense que complique a los liberados, los desincrimine para siempre, o permita sumar nuevos sospechosos al expediente.

El espectador seguirá ahí al acecho, esperando que su noticia deseada, sea haga realidad en Tribunales.