Viviana Colmenero ganó el reality en 2003 y no tuvo lugar en la TV. Ahora es mantera en Capital Federal.
La trabajadora sexual que ganó Gran Hermano ahora se dedica a...
se dUna mujer que en algún momento estuvo en la cresta de la ola por haber ganado el reality Gran Hermano hoy se gana la vida de una manera inesperada. Viviana Colmenero es mantera en Capital Federal: vende collares en la calle.
Ella se definía como prostituta.
En 2003 ganó Gran Hermano. En aquel momento era una trabajadora sexual. Lo contó en el programa y era lo que le permitía mantener a su pequeña hijo. Esperó y pidió que la televisión argentina le diera una oportunidad para trabajar pero la falta de algún talento hizo que quienes manejan la caja boba la despidieran rápido.
“Entré al reality para dejar de prostituirme. Una mujer no es prostituta porque quiere”, fueron las palabras con las que Viviana Colmenero confesó en 2003, durante su paso por la casa de Gran Hermano, que había ejercido la prostitución. La estrategia funcionó, se consagró ganadora del ciclo (le dieron 100.000 pesos, 35 mil dólares en ese entonces) y hoy, a sus 43 años, se gana la vida como mantera en Cabildo y Juramento, según publica el portal BigBangNews.
Fue la tercera ganadora nacional del reality de Endemol y su dramática historia de vida le valió amantes y detractores. Por esos años, la morocha logró comprarse un departamento en el exclusivo barrio de Belgrano para instalarse junto a su hijo Leonel, de por entonces seis años.
Posted by Viviana Colmenero on sábado, 16 de julio de 2011
Pero la exposición duró poco y, pese a que durante unos meses vivió un apasionado romance con el hermano de Susana Giménez, Patricio, la morocha nunca logró instalarse en los medios.
Cuando ganó el reality, se compró un departamento en Belgrano.
Su última aparición fue polémica y tuvo como protagonista a Yanina Latorre. En 2013, a diez años de su victoria televisiva, la morocha asistió al ciclo Bien de Verano y se cruzó con la mujer de Diego Latorre. ¿El motivo? La botinera cuestionó el tratamiento de su pasado: “Me molesta que los medios le hagan notas a prostitutas”. Las chispas derivaron en pelea y Latorre abandonó el estudio quebrada en llanto.
Armó su marca “Joyas en un mundo de fantasías”
“Tomaste a mal una frase mía y te pusiste agresiva. No vine a que me agredan. Ella (por Viviana) tiene un complejo. Yo soy contadora pública, licenciada en administración de empresas. Sos una resentida, una pobre chica y no te da la cabeza. ¡Andá a ch… pi…!”, disparó Latorre. ¿La respuesta de Colmenero? “Hace 15 años que no lo hago”.
Lejos de las cámaras y sin un trabajo estable, la plata del premio se le acabó y no pudo pagar las expensas. De nuevo en la casa de su madre, Colmenero comenzó escribir cuentos cortos (prometió que al alcanzar los cien intentará publicar un libro) y a estudiar astrología. Hasta hace poco atendía a sus clientes en barcitos. Hacía cartas natales y tiradas de Tarot.
Su vida dio otro giro en febrero de este año, seis meses después de haber dado a luz a su segundo hijo, Ciro. Habilidosa con las manos, Viviana comenzó a diseñar bijouterie y armó su propia línea llamada “Joyas en un mundo de fantasía”.
Además de vender sus collares, aros y pulseras por mail y en Facebook, Viviana se instala en la vereda de Cabildo (casi esquina Juramento) y los expone frente a una galería.



