Divirtieron a miles de niños pero preocuparon a padres y maestros. La historia de un juguete que dejó huella.
Domingo retro: cuando las mascotas virtuales coparon Mendoza
Pocos gadgets tuvieron un éxito tan explosivo y a la vez fugaz como las mascotas virtuales a mediados de los 90. De carácter artificial, este juguete fue pensado como una compañía y entretenimiento para los más chicos, sustituyendo en algunos casos a las mascotas reales.
Todo comenzó de la mano del Tamagotchi, la primera y más famosa de estas creaciones a nivel mundial. Básicamente, era un aparato electrónico con la forma y el tamaño de un huevo con una pantalla en blanco y negro pixelada, donde "vivía" la mascota. Los tres botones permitían moverse por el menú y así interactuar con el animalito: se podía alimentarlo, jugar, bañarlo y hasta curarlo.
Tal era la facilidad con que se jugaba con un Tamagotchi, que podía ser utilizado por niños que ni siquiera sabían leer y rápidamente ésta posibilidad hizo que se extendiera como un éxito arrasador por las aulas de toda escuela primaria.
En Argentina, la famosamente infame política de apertura de importaciones durante el gobierno de Menem (sumado a la paridad cambiaria) permitió que este producto ingresara al país junto a cientos de modelos imitaciones, como el Rakuraku Dinokun o el Dinkie Dino, de igual éxito y aceptación.
Pronto los comercios mendocinos se abarrotaron de esta novedad que hacía delirar a todos los niños. Por sólo $5 pesos se podía conseguir cualquiera de los modelos piratas, mientras el original de Bandai costaba varios pesos más.
Sin embargo, en los años que duró el furor de las mascotas virtuales, se discutió bastante sobre los efectos que podrían llegar a tener en los chicos. También se puso en el centro de la polémica los efectos adictivos y las desventajas respecto a los animales de carne y hueso.
Otra cuestión era que los Tamagotchis pedían comida haciendo sonar una alarma bastante molesta, interrumpiendo las clases.
Sin saberlo, las mascotas virtuales acabaron siendo prácticamente precursores de los teléfonos celulares en los colegios, y ya desde principios de los años noventa comenzaron a plantear el problema de "la tecnología en la escuela".
- Para los nostálgicos, una buena noticia: en Google Play está disponible una app (en forma de widget) que permite revivir el gusto por tener una auténtica mascota virtual retro. Descargala acá.



