Su consumo excesivo genera sobrepeso y no aporta nutrientes. Las claves para reducir su consumo.
El peligro de las harinas blancas y las claves para eliminarlas
Suele darse un momento del día en que el hambre acecha y es difícil pensar en alternativas que no incluyan harinas.
En la dieta de los argentinos los alimentos elaborados con harinas ocupan un lugar estelar. Son ricas y generan una sensación de saciedad inmediata. Sin embargo, los expertos en salud y nutrición aconsejan reducir el consumo de alimentos con harinas ya que, en exceso, generan sobrepeso.
El Post habló con la nutricionista Florencia Sanz, del centro de salud y estética Pura Vida respecto a la incidencias del consumo excesivo de harinas refinadas en la salud.
Cuando hablamos de harinas, hablamos en general de hidratos de carbono. Estos alimentos tienen como fin brindar energía al cuerpo. Sin embargo, en la industrialización de este producto (la harina de trigo por ejemplo), se pierde calidad.
Estos productos, además, generan una especia de dependencia. "En general las harinas blancas (las refinadas) actúan sobre quimiorreceptores, por lo cual se genera esa sensación de adicción."
Respecto a los alimentos con harinas refinadas ,dice: "Las harinas, al pasar por el proceso de blanqueamiento y refinamiento, pierden sus nutrientes y se obtiene el almidón, el cual genera mucha energía. Por lo tanto, cuando consumimos estos alimentos necesitamos hacer mucha actividad física para gastar esa energía. En caso contrario, se convierte en grasa y no aportan nutrientes."
Sin embargo, la especialista no aconseja eliminar los hidratos de carbono sino optar por los integrales, es decir, aquellos que no han sido refinados. "Es importante consumirlos ya que sus nutrientes son necesarios y aportan energía. Hay que optar por los alimentos hechos con harinas integrales y consumirlos en horarios estratégicos, como el desayuno y la cena".
Los sustitutos
Eliminar los alimentos con harinas refinadas es un proceso que requiere voluntad. Se puede optar por alternativas que son saludables y generan saciedad. Algunos de ellos son: quesos, panificados con harinas integrales (se consiguen fácilmente en las dietéticas), frutas, verduras, carnes magras, frutos secos y barritas de cereal.
