Daniel Scioli pasó por Mendoza en un último intento por captar votos de cara al balotaje del domingo. Hubo desorganización y locura militante.
"Que no nos gane el cheto", le cantaron a Scioli
Euforia, gritos y desorganización. Con estas palabras se puede describir el fugaz paso de Daniel Scioli por Mendoza en la tarde del martes, como un último acto partidario antes de las elecciones que definirán al sucesor de Cristina Fernández.
El candidato a presidente del Frente para la Victoria llegó pasadas las 19.30 (cuando el acto se programó para arrancar a las 18) acompañado del candidato a vice, Carlos Zaninni, Diego Bossio, titular de ANSES, y varios funcionarios locales.
Unas dos mil personas entre militantes, miembros de diversos sindicatos como UOCRA , ATILRA y UPCN y simpatizantes peronistas abarrotaron el desacertado escenario elegido para el acto: el inmenso predio donde se están levantando cientos de departamentos del Plan PRO.CRE.AR en Suipacha y Tiburcio Benegas, de Ciudad.
La espera por el gobernador de Buenos Aires se hizo larga y despertó el malhumor de todos, sobre todo cuando algunos presentes debieron ser desplazados hacia la calle, lejos de la estructura de departamentos que amenazaba con colapsarse debido a los saltos de los militantes. Además, no hubo un lugar claro asignado para la prensa provocando idas y vueltas innecesarias entre los periodistas que no pudieron trabajar en un ambiente cómodo y organizado.
El peronismo local apoyó
La llegada de Scioli al predio despertó la locura y una verdadera avalancha humana al ritmo de "Se siente, se siente, Scioli presidente". Todos querían tener una foto o un video con el candidato a pesar de que pocos lo lograron en el corto recorrido por el lugar que duró menos de 30 minutos.
"Que no nos gane el cheto", le gritaban los obreros.
Los militantes tuvieron que conformarse con una foto junto a referentes locales como Anabel Fernández Sagasti, dirigente de La Cámpora, o intendentes K como Omar Giménez, Rubén Miranda y Alejandro Bermejo, entre otros.
También dijeron presente el vicegobernador Carlos Ciurca y algunos funcionarios provinciales como Maria Inés Abrile de Vollmer y Jorge Tanús.
Un muy breve discurso
La llegada al improvisado escenario fue dificultosa. Al tomar la palabra, Scioli aprovechó para reafirmar su postura anti-Macri y recalcar que su candidatura "es el cambio que necesita la Argentina, ni la lógica del mercado, ni el Fondo Monetario ni la devaluación", seguido de una ovación aturdidora de bombos y platillos.
Antes de retirarse, Scioli aprovechó para comprometerse con la industria vitivínicola local: "Me comprometo frente a todos los productores a darle sustentabilidad al vino y hacerme cargo de colocar los 200 mil litros de excedente".
El color naranja y azul reinaron
Los militantes fueron el corazón del acto. Una oleada de banderas y cascos naranjas dominó la escena sumada a las agrupaciones K, sindicatos afines y los obreros a cargo de levantar el complejo que colmaron el lugar.
Detrás de las vallas alentaron y corearon cánticos "nacionales y populares" en apoyo a Scioli. Un dato llamativo: no hubo miembros de La Cámpora.



