Laguna Blanca es uno de los espejos de agua más importantes del sur de Mendoza, pero hoy vive el drama de que se está secando. La importancia de la flora y la fauna y el factor turismo.
La laguna que se seca en Malargüe y a nadie le importa
Mientras estas líneas se escriben, en Malargüe ocurre una catástrofe natural que puede traer consecuencias inusitadas en el ecosistema marino de la célebre Laguna Blanca, uno de los espejos de agua más atractivos de esa zona.
Literalmente, esa superficie que alcanza las 280 hectáreas, se está secando. Ello, de acuerdo a los insistentes señalamientos que viene haciendo la Asociación Malargüina de Pesca con Mosca (AMPM).
Uno de sus integrantes, Juan Furlan, habló con el Post, no sin preocupación, y admitió que en estos últimos meses ha habido un retroceso en el espejo de agua que supera el 40% con la consecuente mortandad de peces.
“Allí conviven más de 39 especies de aves acuáticas, que hoy en día están en vías de extinción; también es un espejo de agua importante para pesca recreativa a nivel nacional”, agregó.
Furlan asegura que la laguna Blanca es uno de los dos lugares del país donde hay pejerreyes de gran porte; el otro es Chasicó, provincia de Buenos Aires.
A principios de este mismo año, la AMPM decidió poner manos a la obra y, a través de una canalización, desvió aguas del arroyo Colorado para llenar la laguna. Sin embargo, personal de Irrigación cerró esta canalización argumentando que no es regular y que la prioridad de la utilización del agua era para el uso potable y los productores.
Horacio Marinaro, presidente de esa entidad, reveló ya hace un año a diario El Sol que se estaban haciendo gestiones ante el Departamento General de Irrigación, sin éxito alguno. En el requerimiento de esos días se solicitaba que se permita el uso de aguas del arroyo Colorado para salvar Laguna Blanca. Aún no han tenido respuesta.
La preocupación de la AMPM no es menor: como se dijo, en los últimos meses ha habido una importante mortandad de especies que conviven en ese espejo de agua, principalmente pejerreyes.
Pero no son los únicos seres en riesgo: oportunamente, el profesor Heber Sosa, de la Dirección de Recursos Naturales Renovables, realizó una investigación sobre la avifauna acuática de Laguna Blanca.
Para ello, sectorizó la zona en función de los tipos de hábitats, relevando sistemáticamente y siguiendo una “transecta perimetral paralela a la línea de costa” en tres oportunidades estacionalmente: julio de 1991, enero de 1992 y febrero de 1993.
Allí, determinó la observación de 39 especies de aves acuáticas pertenecientes a 12 familias, siendo Anatidae; Charadriidae y Scolopacidae las más representativas debido a su diversidad específica y a la densidad poblacional que presentan algunas especies.
En las consideraciones finales de su informe, Sosa remarca la importancia de su descubrimiento: “De acuerdo con los resultados hasta ahora obtenidos, Laguna Blanca constituye un importante refugio de aves acuáticas, fundamentalmente como área de nidificación (…) También resulta notoria su importancia como asentamiento de aves migratorias; probablemente Laguna Blanca y Laguna de Llancanelo ocupan el mismo corredor migratorio”.
Como puede verse, la preocupación de la AMPM no es irrelevante. El documento firmado por Sosa revela per se la importancia que tiene Laguna Blanca en el ecosistema malargüino.
Colofón
No es la primera vez que se alerta sobre la retracción del espejo en Laguna Blanca, ni tampoco el corte de los canales de ingreso de agua.
Se han impulsado medidas de todo tipo para dar a conocer esta situación, incluso a través de la célebre página web Change.org, donde se ha iniciado una campaña titulada “Autoricen el ingreso de agua a la Laguna Blanca del Sosneado”.
También se ha hecho lo propio apelando a la sensibilidad de los legisladores de Malargüe: “Hicimos un pedido al diputado Gustavo Villegas, quien se comprometió y nunca apareció; también hablamos con el diputado Omar Sorroche, presidente de la Comisión de Medioambiente de la Cámara de Diputados, pero ninguno hizo nada aún”, dijeron al Post desde la AMPM.
Según revelo oportunamente el diario de San Rafael, hasta ahora la laguna perdió casi la mitad de su extensión.
No es un tema menor: no solo se trata de la subsistencia de la flora y la fauna de ese espejo de agua, sino también de la conservación de un espacio atractivo para el turismo de todo el país.



