¿Hay sicarios en Mendoza?

Desde hace unos años, comenzó a gestarse un nuevo tipo de delito en Mendoza: los crímenes por encargo. Qué dice el jefe de la policía al respecto.

¿Hay sicarios en Mendoza?

Por:Christian Sanz
Secretario Gral. de Redacción (click en autor)

El sábado pasado, la sociedad mendocina se vio sorprendida luego de que a un hombre llamado Sebastián Yarlette le pegaran ocho tiros en Guaymallén. 

Independientemente del impacto del hecho en sí, lo que dejó atónitos a todos fue que el afectado no quiso hacer la denuncia judicial.

Un día después, el domingo 8, un joven llamado Claudio Gueli, de 23 años, recibió un impacto de bala en el tórax luego de que se detuviera a arreglar un desperfecto mecánico en su moto.

El hecho ocurrió poco después del mediodía en el Departamento de Las Heras y también sorprendió a propios y ajenos, sobre todo por un detalle escabroso: Gueli se enteró que estaba herido, no por haber visto que le habían disparado, sino por sentir un fuerte dolor en la espalda. Su madre lo trasladó poco después al hospital Carrillo, donde fue operado.

Ese mismo domingo, un poco más temprano, ocurrió otro hecho sintomático, esta vez en San Rafael: dos personas descendieron de una moto y, sin quitarse los cascos, caminaron algunos metros hasta que se detuvieron ante un grupo de amigos que charlaban.

Sin más, preguntaron dónde podían encontrar a alguien apodado “Cascote”, a lo que uno de los que allí departían respondió: “¿Yo soy el hermano, qué pasa?”.

La policía se encuentra desorientada en algunos casos

Acto seguido, el mismo que indagó al respecto sacó un arma, le apuntó directamente al pecho y disparó dos veces. Inmediatamente después, el tirador y su cómplice escaparon.

El mismo domingo, poco antes de las 22, un hombre apellidado Pineda fue asesinado de nueve disparos en Las Heras, luego de ser duramente golpeado. Recibió balazos en el tórax, el abdomen, el muslo y los genitales.

Hasta aquí, cuatro crónicas policiales de los últimos días, que en los medios de comunicación —como es usual— aparecieron desvinculadas entre sí. No obstante se trató de hechos que, a primera vista, parecen ser algo más que cuestiones delictivas “clásicas y tradicionales”. Por lo pronto, a ninguno de los afectados les intentaron robar nada.

Ello lleva a preguntarse: ¿Se trata acaso de una nueva modalidad criminal, con la complejización que ello conlleva? ¿Ha llegado a Mendoza el tan temido “sicariato”? En vista de lo antedicho, pareciera que sí. Sin embargo, el tópico es un poco más complicado que lo que se ve en una primera observación.

El delito se complejiza, pero la preparación policial no está a la altura de las circunstancias

Haciendo historia

Sicario viene del latín “sicarĭus” y significa, según la Real Academia Española (RAE) “asesino asalariado”. En la provincia de Mendoza es un fenómeno que parece transcurrir de manera aislada... aunque, últimamente, pareciera haberse exacerbado.

Uno de los primeros casos, ocurrió en el año 2009, en el contexto del asesinato de Zulma Figueredo Ocampo, conocida como “La Reina”.

Se trató de un crimen ideado por un conocido barra mendocino, a quien sindicaron entonces como su ex socio en el narcotráfico. Este último habría contratado a un sicario, ello según determinó la investigación judicial. En el mismo sentido, se comprobó que el crimen fue un ajuste de cuentas.

Un dato importante: desde el comienzo de la investigación, que llevaba adelante el entonces fiscal especial Eduardo Martearena, se descartó que el propósito del asesinato fuese el robo, ya que encontraron tirados en el lugar del crimen cerca de $500.

Los CSI menducos

A partir de entonces, aparecieron nuevos casos, siempre espaciados entre sí, pero persistentes, llegando a lo ya relatado. 

Algo que aún es objeto de investigación, por lo cual es apresurado darle alguna calificación específica.

En ese marco, se insiste: ¿Se ha instalado en Mendoza la práctica de contratar a personas para que cometan homicidios? ¿Se intensificaron los ajustes de cuentas o es solo una “sensación”?

Para el diputado provincial Daniel Cassia, otrora miembro de la Comisión Bicameral de Seguridad de Mendoza, la aparición de crímenes por encargo es un hecho: “Te diría que sí... hay. Eso sí, al estilo y profesionalidad del medio local”, dijo el legislador a este diario.

Para Cassia, hay sicarios en Mendoza... pero de baja calidad

-¿Qué significa?

-Yo no lo llamaría sicario propiamente dicho....en el nivel profesional que detenta un sicario.

-¿Por qué?

-Primero, a un verdadero sicario difícilmente los Investigadores lo atrapen del mismo modo que al autor intelectual. En Mendoza lo que se encargan son "laburitos" por unos mangos a gente muy poco profesional y recontra jugada que no le importa ni su propia vida y son sujetos que dejan pegadas las huellas por todos lados. ¡No me animaría a llamarlos sicarios!

El jefe de la policía de Mendoza, no opina igual que Cassia. Para Juan Carlos Caleri todo se reduce a una cuestión semántica: “No me gusta llamar "ajuste de cuentas" a estos hechos. Es lo que ha habido siempre, los números se han mantenido”.

Caleri prefiere no hablar de "ajuste de cuentas"

-La cuestión no es numérica, sino referida a la complejidad del delito, me parece…

-Es que son casos que se pueden dar por cualquier cosa, incluso por un enojo entre vecinos. A veces se emborrachan y se matan entre ellos mismos.

Ver también: Por un ajuste de cuentas, lo mataron junto a su perro

-¿Le parece?

-Veamos caso por caso. El último homicidio es el del martes, ahí no podes descartar nada, pero todo tiende a un crimen pasional. El que tuvo 9 disparos, el fallecido cumplió condena en Rawson por un secuestro extorsivo en 2007. También decían que días atrás había tenido una pelea con vecinos. Suponiendo que fue un crimen por encargo, ¿fue por el secuestro de hace años atrás o fueron los vecinos? No se puede afirmar nada, ¡si aún no está definido por qué muere esta gente!

-Que no esté definido no significa que no haya sicarios de por medio…

-Mirá, el sodero —Mario Alberto Gómez, cuyos restos fueron hallados en El Borbollón—fue un hecho pasional porque tenía relaciones con la hija de un amigo de él. Ese es un ejemplo.

Para Caleri, la cuestión es semántica

-Sea cual fuere el caso, me parece que se trata de un “ajuste de cuentas” por definición. Si alguien manda a matar a otra persona, sea por cuestión de drogas, dinero o polleras, hay sicariato.

-Hoy por hoy, no hay pruebas que permitan a la justicia decir fehacientemente que eso es así.

Luego de los dichos de Caleri, el Post intentó hablar con el ministro de Seguridad, Leonardo Comperatore. Si bien pareció interesado en un primer momento, luego optó por el silencio.

Colofón

Los hechos han sido expuestos y, más allá de la pretensión del jefe de la policía mendocina, estos hablan por sí solos.

Los expertos no dudan en que la provincia se ha ido transformando en tierra fértil para el crimen por encargo y los ajustes de cuentas.

No es privativo de Mendoza ni de Argentina: es un fenómeno que ocurre en otras urbes y que, en algunas de ellas, parece imparable.

Por caso, en el libro “Estudios sobre Criminología y Derecho Penal” del especialista dominicano Juan Carlos Bircann Sánchez, publicado en 2010, se hace referencia a esta misma problemática.

“Si en 1940 el Dr. Prestol Castillo afirmaba que ‘excepcionalmente, en las ciudades ha aparecido el gran hecho de sangre’, ahora tenemos que los ajustes de cuentas y el homicidio precedido, acompañado o seguido de otro crimen, las violaciones sexuales, etc., se están tornando frecuentes”.

Y añade el especialista: “Narcotráfico, robo con violencia y sicariato, cometidos por grupos criminales organizados, a cualquier hora del día, han desplazado a la sustracción de animales en los campos”.

Para Torre, los sicarios locales matan por $500

A nivel nacional, uno de los criminólogos más preparados, Raúl Torre, explicó cómo es el perfil del asesino por encargo vernáculo: "El sicario está lejos de ser lo que muestran las películas, un hombre elegantemente vestido de traje negro que coloca un silenciador a una lustrosa arma. Hoy matan por 500 pesos y de una puñalada por la espalda".

No hay mucho más que agregar. Mucho menos para tratar de entender por qué pasa lo que pasa: al haber negación de los hechos por parte de quienes deben combatirlos, es imposible analizar por qué ocurren. 

Lo único que queda por rescatar es la frase más famosa del historiador Tito Livio: “Ningún crimen tiene fundamentos razonables”.