Solo las parejas que pasan por un proceso de fertilización in vitro saben el esfuerzo y el estrés que supone concebir un hijo de esta manera.
Las decenas de inyecciones, medicamentos, visitas a médicos y hospitales y hasta operaciones. Sin mencionar la frustración de un sistema que no es 100% efectivo.
Los futuros padres pasan por este trance sufriendo, muchas veces, la incomprensión de sus amigos y familiares, que piensan que la fertilización in vitro es mágica y no son conscientes de la dureza del tratamiento.
Para combatir esa falta de empatía, nada mejor que la poderosa imagen realizada por una mujer llamada Angela que tuvo a su hija mediante fecundación in vitro. En ella se puede ver a la pequeña rodeada por un corazón todas las jeringas y los ampollas que la madre se tuvo que pinchar durante todo el proceso.
La publicación, subida a Facebook por Sher Institutes, una cadena estadounidense de clínicas especializadas en fertilidad, ha sido compartida más de 3.500 veces y casi 10.000 personas han clickeado el botón de Me gusta haciendo de la foto un icono: el mejor ejemplo de que todo el sufrimiento de la in vitro vale la pena.



