Una trama de novela, con un financista desaparecido y un poderoso empresario relacionado a diversos escándalos oficiales. Exclusivo Post.
El oculto financista detrás del dinero que recibía Nisman
La trama bien podría ser el guion de los mejores libros de Robert Ludlum, solo que es totalmente real. Primero que nada, hay que introducir a los actores de la misma:
-Alberto Nisman: fiscal especial del caso AMIA, quien apareció muerto el 18 de enero de 2015 en circunstancias que aún no están del todo claras.
-Damián Stefanini: financista y ¿empresario? desaparecido de la faz de la tierra el 19 de octubre de 2014.
-Fernando Caparroz Gómez: uno de los financistas más poderosos de la city porteña. Tiene dos cuevas financieras, una de ellas es célebre y está ubicada en la calle Sarmiento 776 de la Ciudad de Buenos Aires. Pocos referentes del poder político desconocen ese lugar, y las fuerzas de seguridad no se atreven a avanzar contra él. Es un verdadero protegido, al que todos le temen.
¿Qué podría relacionar a estos personajes, actores principales de cada una de las tramas que los involucran? ¿Qué los vincula entre sÍ? Como se dijo, la trama es de novela, y se conecta a través de las finanzas de los arriba mencionados. La siempre reveladora “ruta del dinero”.
El descubrimiento fue casi al azar y se dio en el marco de la investigación sobre las cuentas de Nisman, repletas de dinero imposible de justificar.
En ese contexto, el juez Rodolfo Canicoba Corral se encontró con un depósito de Stefanini, de 150 mil dólares. Estaba en la cuenta que tenía el fiscal especial del caso AMIA en el banco Merrill Lynch.
Lo curioso del caso, es que Sandra Arroyo Salgado, la ex mujer de Nisman, fue la que denunció la existencia de la cuenta.
Pero, al mismo tiempo, es la jueza de la causa que investiga la desaparición de Stefanini.
Y allí es donde aparece el tercer actor: el temido Caparroz Gómez. Según fuentes que declararon en sede judicial, el evaporado empresario se habría encontrado con el poderoso financista, justo antes de que este se evaporara.
Más aún: uno de los que se presentó en la Justicia llegó a arriesgar un dato inquietante: “Stefanini le debía 4 millones de dólares al prestamista”.
Cultor del perfil bajo, Caparroz Gómez es un recurrente partícipe de escándalos financieros de diversa índole.
Uno de los más elocuentes fue la trama de los remedios "truchos" que se conoció en 2009, a través de la compra de documentos a cuestionadas droguerías, una de las cuales pertenecía al acribillado Sebastián Forza.
El empresario, además de ser el proveedor de dinero “cash” a Forza (entre otros) también tenía relaciones con Droguería San Javier S.A., una de las principales sospechadas en mafia de los medicamentos y proveedor de La Bancaria, de José Zanola, por ende financista también de esa obra social.
Asimismo, el nombre de Caparroz Gómez aparece en el marco del escándalo de Sueños Compartidos, ya que Sergio Schoklender cambiaba algunos de sus cheques en su oficina.
Finalmente, puede rastrearse su participación en el expediente que investiga posible lavado de dinero en la campaña del Frente para la Victoria de 2007 y que reposa en el juzgado de María Romilda Servini de Cubría.
Luego de todo lo antedicho, los interrogantes se vuelven confusos: ¿Caparróz Gómez le aportaba dinero a Nisman a través de Stefanini? ¿En carácter de qué? ¿A nombre de quién? ¿En retribución de qué tipo de servicios?
Hay mucho para explicar y pocos dispuestos a hacerlo. Mientras tanto, la trama va cobrando una preocupante densidad, donde los resultados se miden en muertos y desaparecidos.



