Tierra Santa: donde todo empezó y cada vez hay menos creyentes

El "hogar natural" del cristianismo es hoy una amalgama de comunidades pequeñas.

Tierra Santa: donde todo empezó y cada vez hay menos creyentes

Por: Mendoza Post

Tierra Santa, en Medio Oriente, el lugar de donde emergieron los primeros cristianos, los que escucharon el mensaje de Jesús de su propia boca, lo hicieron suyo y lo extendieron por la región. El lugar de la llamada Iglesia Madre, la que dio al mundo el primer testimonio de esa fe, hace más de 2.000 años, hoy ostenta una comunidad cristiana que no es más que un reducido grupo que pierde cada vez más población.

Según publicó el Huffington Post, se calcula que unos 2.400 millones de personas (el 32% de la población) profesan el cristianismo en el mundo y, de ellos, hay unos 245 millones de fieles que son perseguidos en un riesgo alto o extremo por su credo, según datos de la organización Puertas Abiertas. 

Gran parte de ellos se concentran, precisamente, donde empezó todo, en Palestina, Israel, Siria, Jordania, Líbano, Egipto, Irak, Irán y Turquía.

El "hogar natural" del cristianismo, como lo denomina el Vaticano, es hoy una amalgama de comunidades pequeñas tratan de sobrevivir, cerca de convertirse en aquel aviso tenebroso que hizo el papa Pablo VI, que decía que "los santos lugares de Oriente se transformarán, al final, en museos".

A principios del siglo XX, en estos países las poblaciones cristianas llegaban al 20% de sus vecinos, pero ahora son apenas entre el 3 y el 6% de la población, o incluso menos. 

Se concentran en diversas ramas, lideradas por once patriarcados, entre los que destacan los coptos, los greco ortodoxos, los melquitas, los maronitas, los caldeos, los armenios y los latinos.

Jamal Khader, director de las Escuelas del Patriarcado Latino en Palestina, un cura local nacido en Zababdeh (Cisjordania) especialmente carismático entre su parroquia, enumera los peligros que acechan a los cristianos en Oriente Medio: "La falta de libertades, de seguridad, de empleo", más la ocupación israelí, en el caso de su gente, o el sectarismo islamista, en Egipto o Irak. 

Los escenarios de la vida de Cristo sirven de buenos botones para ejemplificar la sangría de creyentes: se calcula que hay unos 220.000 cristianos entre Israel (150.000) y Palestina (70.000), lo que supone un 2% y un 1,2% de las poblaciones locales totales. La cifra era 20 veces superior en 1948, cuando se creó el estado de Israel.