¿Quiénes son los 'maskers'? ¿por qué disfrutan vistiéndose con trajes y máscaras de goma que los hacen lucir como muñecas de plástico?
El intrigante mundo de los hombres-muñeca
Aunque no sea habitual verlos por la calle, en el ámbito privado y a lo largo de todo el mundo existen miles de hombres que comparten una misma afición: disfrazarse de mujer, pero con trajes y máscara de goma.
Hasta el momento esta subcultura permanecía oculta y al margen de la sociedad, pero cada vez son más los que se animan a mostrarse y a contar quiénes son y por qué disfrutan de esta práctica.
Recientemente, el canal Discovery difundió Detrás de la máscara, un documental en el que se retratan las historias de vida de algunos de esos hombres que ya están listos para decirle al mundo la extraña forma en la que eligen divertirse.
Su deseo: la transformación
Algunos se denominan "maskers" y otros "dollers" dado que logran una apariencia similar a las muñecas de plástico, pero a todos ellos los aúna un deseo en común: transformarse, por un rato, en una mujer con el fin de divertirse o experimentar mayor placer sexual.
Son heterosexuales
No se consideran transexuales porque no se sienten una mujer atrapada en un cuerpo de hombre, sino que transformarse en muñecas de goma es para ellos un hobby que les permite despejarse, divertirse y descansar de su rutina cotidiana. Al transformar su imagen, se liberan de sus presiones y problemas cotidianos y disfrutan, simplemente, del hecho de ser otra persona.
"Es como la extensión de otra persona adentro mío que solo quiere salir y divertirse", explica Joel, un joven inglés que es "masker" desde los 15 años, en el documental.
Hoy este joven convive con su novia Mel quien acepta sin problemas el gusto de su pareja por este tipo de travestismo.
Sus parejas los acompañan
Muchas de las parejas de los "maskers" no comparten el mismo deseo por los trajes, pero aun así los acompañan y apoyan. Pero esto no quiere decir que este tipo de parejas heterosexuales incorporan a su vida sexual el uso de las máscaras. Por el contrario, muchos de ellos las dejan por completo afuera y nos las relacionan con su sexualidad. En estos casos, únicamente las utilizan para sacarse fotos, mirarse al espejo o pasearse por su hogar sintiéndose que son una mujer que ellos mismos construyeron.
Pero no todos se comportan de la misma manera, hay quienes consideran a las máscaras como un objeto fetiche que despierta su deseo y que resulta sumamente estimulante y fundamental para el sexo o para lograr excitarse.
Los trajes incluyen pechos artificiales y calzas que modelan las caderas y simulan una vagina.
Buscan un ideal de belleza
Lo que buscan es convertirse, a pesar de la edad o los defectos que como hombres pueden tener, en el modelo de mujer que ellos consideran atractiva y que muchos también desean sexualmente. El prototipo a seguir es el de las muñecas inflables o las famosas Barbies: senos, labios y caderas muy prominentes, cabellos largos y lacios, mucho maquillaje y uñas y pestañas extensas.
La transformación es integral
Para lograrlo utilizan trajes de goma látex especiales que cubren la totalidad de su cuerpo con algunos orificios que les permiten ver, hablar y respirar cómodamente. La transformación es absoluta: incluye pechos artificiales de distintas medidas y hasta calzas que modelan las caderas y aparentan una vagina. Además, pueden optar por distintos tipos de máscaras, algunas vienen con labios y ojos maquillados, pero otras son neutras y sobre ellas se puede agregar la pintura que se desee.
Una vez que cambian su aspecto, se bautizan con un nombre de mujer y así se desprenden por completo de su personalidad masculina. De esta forma, construyen un alter ego con el que se comportan y hablan de un modo distinto al que lo hacen sin el plástico sobre su cuerpo.
La industria de los trajes está creciendo
Frente a la demanda de este tipo de trajes, surgieron distintas marcas para satisfacer estas necesidades que pueden hallarse en Internet: la más conocida se llama FemSkin y cuenta con diversos artículos de alta calidad que llegan a los dos mil dólares.
Aunque esto pueda resultar una novedad, estas prácticas no nacieron hoy, muchos 'maskers' cuentan que lo hacen desde hace décadas de forma reservada. Con la llegada de Internet y el auge de las redes sociales esto cambió ya que pudieron darse cuenta de que no estaban solos sino que había miles de personas, en distintas partes del mundo y de todas las generaciones, que también compartían su deseo por las máscaras.
De esta forma, lograron establecer vínculos y conformar una pequeña comunidad que lentamente se anima a mostrarse sin temor. El sitio web más importante de la actualidad, mediante el cual muchos se contactan para intercambiar fotos y videos, se llama Dolls Pride y cuenta con más de 10 mil miembros.



