El corazón de la alta montaña mendocina vuelve a latir con fuerza. Después de años de espera, el icónico Hotel Valle Andino reabrió sus puertas hace apenas unos días, marcando un hito para el desarrollo turístico del corredor andino.
Con una inversión privada superior a los USD 400.000 y la generación de más de 50 empleos directos e indirectos, este emblemático establecimiento promete ahora una experiencia de hospitalidad auténtica y una profunda conexión con la naturaleza y la identidad local.
Ubicado a solo 120 kilómetros de la Ciudad de Mendoza, en el pintoresco corazón de Uspallata, el hotel se alza como un refugio de confort en medio de paisajes imponentes, a pocos minutos de maravillas naturales como el Aconcagua, Puente del Inca y Villavicencio.
Precios. El valor promedio de una habitación en base doble supera los 100 dólares.
Un legado familiar que mira al futuro
Inaugurado originalmente en 1990 y diseñado por el reconocido arquitecto Silvio Bromberg, Valle Andino supo ser un verdadero ícono del turismo de montaña. Hoy, su legado se actualiza bajo la visión joven de Pablo Cavallaro, quien en 2020 tomó la posta del sueño iniciado por su padre Roberto.
"Reabrir Valle Andino no es solo un homenaje a mi papá, es una apuesta al futuro, a la tierra que amamos y al turismo local e internacional", expresó Pablo emocionado durante la inauguración oficial. Su madre, Patricia Cavallaro, añadió: "Hicimos este hotel también para los mendocinos. Lo recuperamos con manos mendocinas y esfuerzo local. Queremos que sean los primeros en redescubrirlo y disfrutar de todo lo que ofrece".
Una experiencia renovada: confort, gastronomía y naturaleza
Valle Andino ha sido completamente repensado bajo un nuevo concepto que va más allá de la restauración edilicia.
Con 26 habitaciones que suman una capacidad total para 60 huéspedes y un diseño renovado en cada espacio común, la propuesta apunta a ofrecer experiencias memorables marcadas por la calidez humana, el alto confort y una integración profunda con el entorno natural.
Entre las novedades se destaca su restaurante La Barrosa, con un gran horno de barro que revaloriza los sabores autóctonos de la región. Complementando esta oferta, el Andino Wine Bar invita a disfrutar de una selecta carta de vinos de altura. Ambos espacios están abiertos también al público general, sumando un atractivo culinario de calidad a Uspallata.
El hotel se extiende sobre 3 hectáreas de amplios jardines y ofrece una variada programación pensada para conectar con la esencia de la montaña: desde cabalgatas, caminatas y salidas de pesca, hasta clases privadas de meditación y yoga. Además, sus instalaciones permiten la organización de eventos corporativos o celebraciones íntimas.
Esta reapertura del trasciende la mera inauguración de un establecimiento; representa la consolidación de un polo turístico estratégico en la Alta Montaña mendocina y un claro ejemplo de inversión con compromiso local.



