El jurado internacional del premio, uno de los concursos más prestigiosos en el mundo del vino, otorgó altas distinciones a dos bodegas mendocinas: Sin Reglas y Sottano.
Dos vinos mendocinos obtuvieron 95 puntos en el Decanter World Wide Award 2025
Los Decanter World Wide Award 2025 (DWWA), organizados por la revista Decanter, son considerados el concurso de vinos más influyente a nivel internacional. Un jurado compuesto por Masters of Wine, sommeliers y expertos de todo el mundo evalúa los vinos en un riguroso proceso de cata a ciegas
En esta edición, la bodega Sin Reglas, de Luján de Cuyo -fundada por Andrés Ridois, el Arcángel del Vino- obtuvo 95 puntos y Medalla de Oro con su exponente Samurai, de la línea Mil Demonios.
Samurai es un Malbec 2023 que honra el arte del equilibrio y la paciencia y es originario del Paraje Altamira. Fino, rebelde e implacable, un verdadero guerrero en el mundo de la cepa insignia local.
Tiene una fermentación en vasijas de concreto franqueado. El 70% del vino se guarda en huevos de concreto durante 9 meses y el 30% restante en barricas de roble de segundo, tercer y cuarto uso de 300 y 500 litros de capacidad. Según el enólogo, es un vino "Herbal fresco, floral extremo suroeste del Valle. Con tensión extrema, acidez filosa y elegante. Mineral, roca y calcáreo en boca".
Por su parte, la prestigiosa bodega Sottano, ubicada en Perdriel, obtuvo el mismo puntaje, 95 puntos y Medalla de Oro por su Barrabás Cabernet Franc, cosecha 2023.
Barrabás, elegido por el pueblo y redimido por el vino, es un vino 70 % Cabernet Franc - 30% Malbec, elegante, complejo y provocador, oriundo de Perdriel y Altamira. Es un cofermentado de Cabernet Franc despalillado y Malbec a racimo entero en huevo de cemento y ánfora de barro, con una maceración de 25 días y prensado suave, y crianza en la misma ánfora y huevo por 12 meses.
En sus notas de cata, presenta un color rojo rubí brillante, con notas delicadas y complejas como frutas rojas, pimienta y especies que entrega el Malbec. También se encuentran menta, tomillo y morrones típicos del Cabernet Franc, conjugados en un aroma único potenciado por las dos variedades. En boca es sutil, delicado y elegante, de largo final y de un aterciopelado paso.



