El Presidnte ucraniano denunció que "Estos ataques son una reprimenda rusa a todos los que insisten en una solución pacífica".
Se canceló la reunión Trump - Putin y Rusia bombardeó una guardería
La esperada reunión entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su par ruso, Vladimir Putin, prevista para dentro de dos semanas en Budapest, fue cancelada sin explicaciones claras. "No hay planes para que el presidente Trump y el presidente Putin se encuentren en el futuro inmediato", confirmó este martes un funcionario de la Casa Blanca, poniendo fin a las expectativas de un nuevo intento de diálogo sobre la guerra en Ucrania.
La noticia llega apenas cinco días después de que el propio Trump anunciara públicamente que ambos mandatarios se reunirían para "discutir la paz" en el conflicto ucraniano. En preparación para ese encuentro, estaba prevista esta semana una reunión entre el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.
Sin embargo, según explicó la Casa Blanca, esa reunión preparatoria se reemplazó por una llamada telefónica. "El secretario Rubio y el ministro Lavrov tuvieron una conversación productiva. No es necesaria una reunión adicional en persona", indicó el funcionario, evitando detallar las razones de la suspensión de las conversaciones presenciales ni de la cumbre presidencial.
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Un desacuerdo sobre el rumbo de la paz
El trasfondo del quiebre parece vincularse a la divergencia de posturas entre Washington y Moscú sobre cómo detener la guerra. El lunes, Trump propuso "congelar el conflicto en la línea del frente actual", es decir, mantener las posiciones militares tal como están hoy, especialmente en el Donbás. "Que se corte como está", dijo el mandatario estadounidense, planteando una suerte de alto el fuego inmediato.
Rusia rechazó de plano esa fórmula. Lavrov sostuvo que Moscú solo aceptaría una "paz sostenible a largo plazo" y no un "cese temporal de hostilidades". En declaraciones a la prensa, el canciller ruso recordó que esa no fue la posición acordada en la cumbre Trump-Putin de Alaska, celebrada en agosto, donde Trump había desistido de exigir a Putin el fin de los combates antes de cualquier negociación.
"Si simplemente nos detenemos, significa olvidar las causas fundamentales del conflicto", dijo Lavrov. Y reiteró las exigencias del Kremlin: el estatus no alineado y no nuclear de Ucrania, junto con la promesa de que no se incorporará a la OTAN.
A pesar del rechazo ruso, las principales potencias europeas salieron a apoyar el planteo de Trump. En una declaración conjunta emitida este martes, los líderes de Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia y Polonia, junto con altos funcionarios de la Unión Europea, expresaron su respaldo a la idea de un alto el fuego sobre la línea de contacto actual como paso previo a cualquier conversación de paz.
"El mundo ha visto que las tácticas dilatorias de Rusia demuestran que Ucrania es la única parte que se toma en serio la paz. Putin sigue eligiendo la violencia y la destrucción", señala el texto.
Mientras tanto, el presidente estadounidense mantiene su discurso de urgencia. "Ambas partes deben irse a casa, detener la matanza", había dicho el sábado, insistiendo en que tanto Kiev como Moscú "tienen que dejar de luchar ahora mismo".
Pero la cancelación de la cumbre de Budapest evidencia que el diálogo entre Washington y Moscú vuelve a congelarse.
Mientras tanto, este martes, Putin bombardeó zonas civiles de Ucrania, incluyendo una guardería.
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