En medio de las conversaciones diplomáticas para llegar a un acuerdo de paz, Putin lanzó un ataque que dejó siete muertos.
Rusia lanzó un ataque con 600 drones sobre Ucrania
Una nueva ola de ataques rusos volvió a golpear a Ucrania en las últimas horas con un balance trágico: dos civiles murieron en la región de Donetsk y otros tres en Kherson, mientras que bombardeos con drones de largo alcance dañaron infraestructura energética en el puerto de Odessa, según informaron autoridades regionales ucranianas.
Los fallecidos en Donetsk se encontraban en Kostiantínivka, una localidad cercana al frente de combate y sometida a presión constante por parte de las tropas rusas. En Kherson, las víctimas fatales se registraron en la zona que permanece bajo control ucraniano, separada de la orilla oriental -ocupada por Rusia- por el río Dniéper. Las regiones próximas a la línea de batalla continúan expuestas a ataques frecuentes con artillería, drones, bombas aéreas y, en ocasiones, misiles.
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Durante la noche del 4 de diciembre, drones rusos atacaron equipos del Servicio Estatal de Emergencias cuando brigadas ya trabajaban en las consecuencias de un bombardeo previo. La entidad denunció que el fuego fue deliberadamente dirigido contra los rescatistas y que el impacto dañó vehículos de extinción, provocó un incendio en instalaciones energéticas y destruyó un edificio administrativo cercano a zonas residenciales.
En uno de los departamentos afectados, dos personas quedaron atrapadas por la onda expansiva y debieron ser rescatadas por bomberos y policías. En total, 33 personas -incluidos seis niños- recibieron asistencia por el equipo de emergencias tras los ataques.
El gobernador del óblast de Zaporizhia, Ivan Fedorov, detalló la dimensión del operativo ruso. Según su informe, se desplegaron 588 drones de diferentes modelos -principalmente FPV- junto con tres bombardeos del sistema de lanzamiento múltiple MLRS contra Novoandriivka y Dobropillia en Donetsk, y Charivne en Odessa. Hasta el momento, se reportaron daños en al menos 30 viviendas, vehículos e instalaciones de infraestructura.
La ofensiva se produjo en un contexto de señales políticas que alimentan expectativas de desescalada. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó como "muy positiva" la reunión realizada en el Kremlin entre representantes estadounidenses y el presidente ruso Vladimir Putin, con el objetivo de explorar posibles acuerdos para poner fin al conflicto. La conversación -que se extendió por cinco horas- incluyó al enviado especial Steve Witkoff, al asesor presidencial Jared Kushner y al propio Putin.
En paralelo, el presidente ucraniano Volodimir Zelensky se mostró moderadamente optimista respecto al avance de los esfuerzos diplomáticos. Desde Dublín valoró la rapidez de las conversaciones y el interés de Washington en sostener el diálogo. "Esto demostró que Estados Unidos no está renunciando a ningún tipo de diplomacia, lo cual es positivo", expresó.
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