El apoyo financiero de Washington a la Argentina, junto a la quita de retenciones en nuestro país, disparó la bronca de los productores norteamericanos.
Trump enfrenta críticas de productores en EEUU por favorecer a Milei
Donald Trump quedó en el centro de una tormenta política y económica. La millonaria ayuda financiera a la Argentina coincidió con un aumento en las ventas de soja argentina a China, lo que desató la furia de los agricultores estadounidenses, un sector clave de su electorado.
El enojo creció luego de que el gobierno de Javier Milei suspendiera temporalmente los impuestos a la exportación de granos, lo que permitió a la Argentina colocar rápidamente 20 buques de soja -1,3 millones de toneladas- en el mercado chino, según informaron fuentes del sector a La Nación.
Para los productores norteamericanos, esto significó perder un cliente vital en plena cosecha.
"Los agricultores están muy molestos por la venta de soja de la Argentina a China justo después del rescate de Estados Unidos", advirtió el senador republicano Chuck Grassley, de Iowa. La declaración fue la chispa que encendió una ola de críticas desde el campo y también desde la política.
En Estados Unidos, la soja representa casi el 20% de los ingresos agrícolas. Sin embargo, los aranceles impulsados por Trump contra Pekín encarecieron la producción local y dejaron a los productores fuera de juego frente a competidores como Brasil y la Argentina.
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"La frustración es abrumadora", reconoció Caleb Ragland, presidente de la Asociación Americana de la Soja. "Los precios caen, la cosecha está en marcha y el gobierno anuncia 20.000 millones de dólares para Argentina".
Las críticas no llegaron solo del Partido Republicano. La representante demócrata Marcy Kaptur acusó a la Casa Blanca de priorizar un rescate externo en lugar de negociar la reapertura del mercado chino. A su vez, la senadora Elizabeth Warren cuestionó que "Trump quiere prestar US$20.000 millones de nuestro dinero para rescatar a un aliado político mientras los granjeros siguen sufriendo".
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El propio Trump intentó calmar el malestar y prometió que parte de los fondos recaudados con sus aranceles se destinarán a compensar a los agricultores. Pero en las zonas rurales, donde el magnate republicano obtuvo un fuerte respaldo electoral, la paciencia empieza a agotarse.
"Estamos en el medio de la cosecha y esto nos golpea de lleno", resumió Trey Oliver, productor de Carolina del Norte.



