Trump advierte a Irán: "¿Por qué no habría un cambio de régimen?"

El presidente de Estados Unidos sugirió la posibilidad de un cambio de régimen en Irán, desatando una ola de reacciones internacionales y elevando la tensión en Medio Oriente.

Trump advierte a Irán: "¿Por qué no habría un cambio de régimen?"

Editó: Federico Lemos

La operación "Martillo de Medianoche", un ataque militar directo de Estados Unidos contra tres instalaciones nucleares iraníes, ha sumido a Medio Oriente en una nueva fase de incertidumbre. Este audaz movimiento, ordenado por el presidente Donald Trump, ha encendido las alarmas a nivel global, provocando un debate urgente sobre las implicaciones de una intervención tan decisiva. La acción se produce en un momento de ya elevadas tensiones en la región, exacerbadas por el conflicto bélico en curso entre Israel e Irán, que mantiene al mundo en vilo.

En el centro de la controversia se encuentran las declaraciones del presidente Trump. En un mensaje publicado en su red Truth Social, Trump desafió la corrección política al plantear la interrogante: "No es políticamente correcto utilizar el término 'cambio de régimen', pero si el actual régimen iraní es incapaz de hacer a Irán grande de nuevo, ¿por qué no habría un cambio de régimen? ¡MIGA!".

Esta declaración, un claro juego de palabras con su lema "Make America Great Again" (MAGA), pareció contradecir a altos funcionarios de su propia administración, quienes habían enfatizado que el objetivo del operativo militar no era buscar un cambio de gobierno en Irán.

"Éxito aplastante"

Tras el bombardeo, el presidente Donald Trump afirmó que la operación "Martillo de Medianoche" causó "daños monumentales" en todas las instalaciones nucleares de Irán, calificando el resultado como una "obliteración". 

Las imágenes satelitales, según el mandatario, corroboran la magnitud de la destrucción, especialmente en estructuras profundamente incrustadas en la roca y protegidas bajo tierra. El Pentágono, por su parte, describió la ofensiva como un "éxito aplastante" que devastó el programa nuclear iraní, aunque insistió en que el objetivo no era provocar una guerra ni atacar al pueblo iraní, sino proteger a sus aliados y su propia seguridad ante las amenazas latentes.

La reacción internacional no se hizo esperar, y las posturas divergentes quedaron en evidencia durante la reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU. El embajador de Irán ante las Naciones Unidas, Amir Saeid Iravani, acusó a Estados Unidos de "destruir la diplomacia" y advirtió que el Ejército iraní decidirá "el momento, la naturaleza y la escala" de su respuesta a los bombardeos.

Rusia, por su parte, a través de su canciller Sergei Lavrov y su embajador ante la ONU, Vassily Nebenzia, criticó duramente la acción estadounidense, alertando sobre la posibilidad de una escalada global y un "completo caos" que podría llevar a una "Tercera Guerra Mundial". Mientras tanto, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), bajo la dirección de Rafael Grossi, expresó su profunda preocupación, advirtiendo que "el régimen global de no proliferación nuclear está en juego" y llamando a retomar el diálogo.

Detalles de una Ofensiva de Alta Precisión

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, proporcionó detalles sobre la ejecución del operativo, diseñado para erradicar el plan nuclear de Irán, que Occidente sospecha que busca desarrollar armas atómicas. 

La operación, que requirió meses de preparación, involucró el despliegue de siete bombarderos B-2, aviones diseñados para penetrar defensas antiaéreas y desplegar tanto armas convencionales como nucleares. Estos aviones, con capacidad para transportar la "bomba anti-búnker" (Massive Ordnance Penetrator), hicieron su primer uso operativo en combate de esta clase de armamento.

Complementariamente, uno de los submarinos estadounidenses disparó más de 24 misiles contra la instalación nuclear de Isfahan. La magnitud del despliegue incluyó más de 125 aeronaves y una "maniobra de engaño" con bombarderos sobre el Pacífico.

A pesar de las amenazas y las crecientes tensiones, la administración Trump ha buscado transmitir mensajes tanto públicos como privados a las autoridades iraníes, instándolas a "sentarse a la mesa" y evitar una mayor escalada. 

Hegseth enfatizó que Estados Unidos busca la paz, pero que sus fuerzas están en "alerta máxima" y "totalmente preparadas para responder a cualquier represalia iraní". La decisión de atacar estas instalaciones nucleares representa la acción más trascendental del segundo mandato de Trump y podría reconfigurar el equilibrio de poder en la región. El vicepresidente J.D. Vance defendió la autoridad constitucional del presidente para llevar a cabo el ataque, asegurando que no se trata del inicio de un conflicto "largo y prolongado".

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