Por los recortes del gobierno de Donald Trump, miles de animales de laboratorio podrían ser sacrificados en EE.UU., y la Agencia de Protección Ambiental propone un insólito "plan de adopción".
Por qué piden a científicos de EE.UU. que adopten las ratas de laboratorio
Un cartel con una frase llamativa -"Adoptá amor. Salvá una vida"- resume la nueva y polémica iniciativa de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos: invita a sus empleados a adoptar ratas y peces cebra utilizados en pruebas científicas para evitar su sacrificio ante los recortes presupuestarios impulsados por la administración Trump.
La medida, que se aplica en el laboratorio del Research Triangle Park en Carolina del Norte, busca reubicar a más de 20.000 animales, en su mayoría peces o larvas, pero también ratas centinela. Estos animales se usan para medir la presencia de contaminantes ambientales sin ser sometidos a pruebas invasivas. La decisión fue motivada por la rescisión de un contrato de 8 millones de dólares para servicios de experimentación con animales, y la reducción drástica del personal científico, que podría afectar a 1.000 trabajadores.
La campaña de adopción, aunque presentada como una política de bienestar animal, ocurre en un contexto de fuertes tensiones internas en la EPA: 144 trabajadores fueron suspendidos recientemente por firmar una carta crítica hacia el rumbo político del organismo bajo Trump. Mientras tanto, la mudanza a una sede más pequeña y la pérdida de personal amenazan con frenar investigaciones claves sobre la toxicidad de productos químicos como los PFAs (sustancias perfluoroalquiladas).
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Expertos como Kyla Bennett, exabogada de la agencia, advirtieron que esta medida podría convertirse en una "autolobotomía científica". Según Bennett, el debilitamiento de la investigación pública generará una mayor dependencia de estudios financiados por la industria, con el riesgo de que la información se distorsione para encubrir los efectos nocivos de determinados productos.
Desde el punto de vista ético y sanitario, los especialistas aclaran que estos animales son seguros para la adopción. Son criados en entornos controlados, no están infectados ni genéticamente modificados, y su contacto con sustancias peligrosas es limitado o nulo. Así lo explicó Javier Guillén, director de la organización internacional AAALAC, que acredita programas de investigación animal.
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Según el bioeticista Lluis Montoliu, permitir que los empleados se lleven los animales a casa es una alternativa más compasiva al sacrificio, que suele ser la opción habitual cuando no se pueden mantener en laboratorio. La adopción está regulada por una serie de requisitos: contar con el visto bueno de los convivientes, garantizar atención veterinaria y disponer de transporte adecuado.



