Así son los bombarderos de avanzada que usó EE.UU. para atacar Irán

Donald Trump autorizó a desplegar los B-2 Spirit, aviones furtivos capaces de evadir radares y lanzar bombas diseñadas para destruir búnkeres. Son las aeronaves más caras y letales de su arsenal.

Así son los bombarderos de avanzada que usó EE.UU. para atacar Irán

Editó: María Belén Godoy

 Estados Unidos desplegó este sábado a sus bombarderos B-2 Spirit en una ofensiva contra objetivos iraníes, incluido el complejo nuclear ultrafortificado de Fordo. Estas aeronaves, consideradas entre las más temidas del arsenal militar estadounidense, están diseñadas para ejecutar  ataques de precisión sobre estructuras profundamente enterradas y fuertemente protegidas.

El B-2 Spirit es un bombardero furtivo capaz de transportar más de 18.000 kilos de armamento, tanto convencional como nuclear. Su diseño permite evitar los radares enemigos y llegar a cualquier punto del planeta gracias a su alcance de más de 11.000 kilómetros sin repostar. Con reabastecimiento en vuelo, puede operar a escala global, como ya lo ha hecho en misiones en Afganistán, Libia y ahora, en Irán.

Cada uno de estos aviones cuesta unos 2.100 millones de dólares, lo que los convierte en los más caros jamás construidos. Los compartimentos internos del B-2 están preparados para transportar dos bombas GBU-57A/B MOP (por sus siglas en inglés Massive Ordnance Penetrator), un tipo de proyectil de 13.600 kilos que puede penetrar hasta 61 metros bajo tierra antes de detonar.

EE.UU. utilizó aviones B-2 para atacar las instalaciones de Natanz, Isfahán y Fordo en Irán.

Te puede interesar: Rusia condena los ataques aéreos estadounidenses contra Irán

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, y el general Dan Caine, jefe del Estado Mayo  contaron que se usaron siete bombarderos B-2 en el ataque contra Fordo, con bombas de alta penetración Massive Ordnance Penetrator (MOP GBU-57). La MOP fue desarrollada por Boeing a principios del siglo XXI, con el objetivo de atacar  instalaciones subterráneas como las de Irán o Corea del Norte, que utilizan bunkers reforzados con hormigón para proteger su infraestructura nuclear.

La bomba GBU-57 utiliza una combinación de caída desde gran altitud, carcasa de acero endurecido y guía GPS para lograr una precisión milimétrica. Aunque su precio estimado es de 20 millones de dólares por unidad y su uso se limita a situaciones muy específicas, representa una opción no nuclear para atacar blancos estratégicos de alto valor.

 Bomba GBU-57A/B MOP.

Hasta ahora, Estados Unidos no ha entregado este armamento a ningún otro país. La capacidad de estas bombas de neutralizar objetivos sin recurrir a armamento nuclear representa un recurso intermedio dentro de las opciones militares de Washington.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que Irán produce uranio altamente enriquecido en Fordo. Aunque no se sabe si los ataques causaron liberación de material nuclear, en un ataque israelí anterior a la planta de Natanz no se detectó contaminación más allá de la instalación atacada.

Ver: EE.UU. asegura que "devastó el programa nuclear iraní"

Esta nota habla de: