Este domingo, los chilenos vuelven a las urnas en un balotaje marcado por la polarización, con la seguridad y la migración como principales ejes de la campaña.
Segunda vuelta presidencial en Chile: se define entre Kast y Jara
Chile define este domingo a su próximo presidente en un balotaje entre el ultraderechista José Antonio Kast y la candidata de izquierda Jeannette Jara. Se trata de una elección que expone una de las mayores polarizaciones desde el retorno de la democracia tras la dictadura de Augusto Pinochet, según algunos analistas.
La segunda vuelta se desarrolla en un contexto distinto al de elecciones anteriores: la inseguridad y la migración desplazaron a temas como la economía, la salud y la educación como principales preocupaciones sociales. Según el informe Preocupaciones del Mundo de IPSOS, el 63% de los chilenos señaló a la violencia como su mayor inquietud, mientras que el 40% expresó preocupación por la inmigración.
Las encuestas previas otorgaron a Kast una ventaja cercana al 60% de intención de voto, tras imponerse en la primera vuelta con un discurso centrado en el orden y la mano dura frente al delito. El líder del Partido Republicano capitalizó el malestar social ante el aumento de la violencia urbana y propuso un modelo de seguridad inspirado en la experiencia de El Salvador, con mayor presencia de fuerzas de seguridad, centros de detención y expulsión de migrantes irregulares.
Jara, candidata del oficialismo y figura del Partido Comunista, planteó un enfoque gradual en materia de seguridad y migración, que incluyó el registro de más de 330.000 extranjeros en situación irregular, la construcción de cárceles y la modernización policial. En la recta final de la campaña, endureció su discurso al avalar expulsiones y no descartar un Estado de Emergencia en determinados escenarios.
El debate también se trasladó al plano económico. Kast propuso reducir regulaciones, incentivar la inversión privada y recortar unos 6.000 millones de dólares del gasto público, mientras que Jara defendió la continuidad de políticas sociales del gobierno de Gabriel Boric, como el fortalecimiento del ingreso mínimo, el control de tarifas y la protección del empleo formal.
La primera vuelta se desarrolló por primera vez con voto obligatorio, aunque entre un 17% y 20% del electorado llegó al balotaje sin una definición clara, lo que convirtió a los indecisos en el principal objetivo de ambos candidatos. En ese marco, los postulantes moderaron sus discursos y ajustaron propuestas para captar apoyos de sectores de centro.
El resultado de este balotaje definirá el rumbo político de Chile en un escenario marcado por la desconfianza social, el temor al delito y una fuerte división ideológica.
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