El analista político trabajó en la campaña de Nasry Asfura y sostiene que el respaldo explícito de Donald Trump fue decisivo en una elección ajustada que se definió voto a voto.
Luis Rosales, entre Asfura y Trump: la trama de la elección en Honduras
La cerrada elección presidencial en Honduras, que se extendió durante semanas de conteo y estuvo atravesada por denuncias cruzadas, tuvo finalmente un ganador: el conservador Nasry Asfura. Detrás de esa victoria ajustada hubo estrategia, lectura fina del electorado y un componente internacional clave. Así lo analiza el periodista, político y consultor internacional Luis Rosales, quien asesoró directamente al presidente electo y mantiene además vínculos cercanos con el entorno de Donald Trump.
En diálogo con el Post, Rosales explicó que el triunfo de Asfura no puede atribuirse únicamente al peso histórico del Partido Nacional. "Sin duda la potencia y el despliegue territorial del partido influyeron, es una estructura muy fuerte", reconoció. Sin embargo, remarcó que en esta elección ocurrió algo distinto a lo habitual en Honduras: el candidato terminó imponiéndose al partido.
Según Rosales, excandidato a gobernador de Mendoza, Asfura logró despegarse del desgaste acumulado por su fuerza política gracias a atributos personales que fueron determinantes en el tramo final de la campaña. "Las características propias del candidato hicieron que la carga negativa del partido se licuara bastante", señaló Rosales, subrayando que esa diferenciación fue clave para sostener competitividad en un escenario extremadamente parejo.
Para el consultor mendocino, el punto de inflexión llegó con la toma de posición explícita de Donald Trump. "El respaldo de Trump fue muy importante para definir, a último momento, un porcentaje decisivo de votos", afirmó. En ese sentido, recordó que casi dos millones de hondureños viven en Estados Unidos, cerca del 20% de la población total, lo que convierte a la influencia estadounidense en un factor estructural del sistema político hondureño.
Rosales trazó además un paralelismo con la experiencia argentina reciente. "Se da una paradoja interesante: Trump tiene imagen negativa en muchos electorados, tanto en Argentina como en Honduras, pero cuando señala con el dedo a un candidato, ese gesto termina siendo decisivo", planteó. Para el analista, no se trata de episodios aislados sino de una estrategia en construcción. "Trump no rechaza ninguna herramienta de poder. Está probando si este mecanismo de apoyar candidatos en la región funciona. Y si funciona, lo va a repetir", advirtió.
Con experiencia directa en campañas presidenciales y una mirada que combina territorio, comunicación y poder global, Luis Rosales se convirtió en un actor silencioso pero influyente detrás del nuevo gobierno hondureño, y en una voz atenta para entender cómo la política latinoamericana empieza a entrelazarse, cada vez más, con las decisiones y gestos de Washington.
Ver más: Qué hacía el mendocino Luis Rosales con Donald Trump
Para Rosales, lo ocurrido en Honduras no es un episodio puntual. "Me parece que se va a establecer una especie de modus operandi de Trump. Él no rechaza ninguna herramienta de poder que pueda tener en sus manos".
Y agregó: "Ahora está probando si es exitosa esta alternativa de ir apoyando y ayudando candidatos en diferentes países de la región. Y si sigue probando ser exitosa, no te quepa la menor duda que vas a tener a Trump señalando con el dedo a candidatos en todos los países. Y probablemente consagrando presidentes", anticipó.
Qué busca Trump en Venezuela
Para Rosales, la escalada de tensión entre Washington y Caracas debe leerse desde el perfil personal del magnate y su forma de ejercer el poder. "Trump es un gran negociador. Tenés que tener en cuenta que se formó en el ambiente más competitivo del mundo, tal vez, que es el negocio inmobiliario de la isla de Manhattan", explicó. En ese recorrido, destacó que el actual presidente estadounidense construyó su carrera apelando a múltiples herramientas de presión y negociación.
En esa línea, Rosales sostuvo que el conflicto con el gobierno de Nicolás Maduro no es una excepción. "Muchos dicen, los que lo conocen, que lo que estamos presenciando con Maduro es una etapa más en este Trump negociador, presionándolo hasta el final para conseguir el objetivo que es que Maduro renuncie por las buenas", afirmó.
La "mancha de aceite" de la derecha
Analizando la foto actual de la región, Rosales sostuvo que "hay tres tipos de gobiernos en América Latina", y enumeró: "Los gobiernos de izquierda moderada, la izquierda dictatorial -Cuba, Venezuela, Nicaragua- y los gobiernos de derecha y centroderecha".
"Parecería que se está extendiendo la mancha de aceite de la derecha por toda la región", destacó, y citó como ejemplos concretos el triunfo de Paz en Bolivia, de Kast en Chile y de Asfura en Honduras.



