El flamante pontífice mantiene un vínculo directo con la parroquia San Agustín, ubicada en el barrio Bombal de la Capital.
El papa León XIV y su vínculo con Mendoza: la parroquia San Agustín
La elección del cardenal Robert Francis Prevost como nuevo Papa bajo el nombre de León XIV sorprendió al mundo católico. Pero en Mendoza, la noticia tuvo un eco especial. Es que el flamante pontífice mantiene un vínculo directo con la parroquia San Agustín, ubicada en el barrio Bombal de la Capital, donde compartió experiencias y formación con sacerdotes locales.
Prevost, que misionó durante décadas en América Latina y tiene ciudadanía peruana, visitó en reiteradas oportunidades la parroquia ubicada en la esquina de 9 de Julio e Yrigoyen, cuando era superior general de la Orden de San Agustín (OSA). En ese período, estableció una relación cercana con la comunidad religiosa local, entre ellos con el actual párroco Julio Ríos, quien este jueves recordó emocionado aquellas visitas.
"Lo conocimos acá, en los años en los que venía como autoridad de la Orden. Compartimos momentos de estudio, de oración, de comidas sencillas. Era uno más", relató Ríos en diálogo con TN.
"Es una persona muy humilde, muy cercana, que siempre nos trató como hermanos. Hoy verlo convertido en Papa nos llena de alegría", agregó.
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"Fue uno de nosotros. Y ahora está al servicio del mundo. Sabemos que su sencillez, su formación, y su paso por Latinoamérica serán claves en su pontificado", continuó Ríos.
%uD83C%uDDFB%uD83C%uDDE6| Momento histórico: el Papa Leon XIV (Robert Prevost) hablando en ESPAÑOL en el momento de su asunción.
— Agustín Antonetti (@agusantonetti) May 8, 2025
Vivió más de 18 años en Perú.
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Por otra parte, Ríos destacó que "lo lindo de esta vida religiosa agustiniana es que nosotros podemos estudiar en un lugar donde se da una educación buena, pero también sabes que todo conocimiento, todo lo que uno pueda adquirir, es para el servicio del pueblo de Dios".
"Entonces si te mandan a un lugar de misión, sumamente pobre, como donde él estuvo casi 20 años. Un lugar donde no hay ni luz ni agua, sabes apreciar eso que te ha dado la Iglesia para que lo puedas poner al servicio", concluyó.



