Aiden Fucci, el adolescente que asesinó de 114 puñaladas a Tristyn Bailey, reconoció su culpa antes del juicio y estremeció a una comunidad entera.
El asesino de las 114 puñaladas estremeció a todos durante el juicio
Lo que parecía ser un fin de semana familiar terminó en una de las escenas más brutales jamás vistas en St. Johns, Florida. Tristyn Bailey, una joven de 13 años, salió a encontrarse con amigos la noche del 8 de mayo de 2021. Nunca volvió a su casa.
En las primeras horas del domingo 9, cámaras de seguridad registraron a Aiden Fucci, de 14 años, caminando junto a ella. Poco después, volvió solo, corriendo y descalzo. Esa misma tarde, Tristyn fue hallada sin vida en una zona boscosa cerca de la casa del acusado. Tenía 114 puñaladas. Casi la mitad eran heridas defensivas.
Un crimen premeditado
Desde el primer momento, los indicios apuntaron a Fucci. Según CNN, días antes había comentado entre sus compañeros que quería "apuñalar a alguien en el bosque".
La escena del crimen, el cuchillo quebrado, el ADN en el cuerpo de la víctima y una selfie en el patrullero publicada en Snapchat con el mensaje "¿Alguien ha visto a Tristyn últimamente?", completaron el panorama.
Pero el giro inesperado llegó casi dos años después.
La confesión inesperada
En febrero de 2023, mientras se iniciaba la selección del jurado, Aiden Fucci se declaró culpable de asesinato en primer grado. La admisión fue abrupta, antes de que comenzara el juicio. Su defensa no lo había anticipado. El proceso se interrumpió y pasó directamente a la etapa de sentencia.
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La confesión sacudió a la comunidad. No solo por su contenido, sino por lo que representó: el reconocimiento sin rodeos de un crimen monstruoso, cometido con plena conciencia y sin causa aparente.
Un juicio marcado por el dolor
Durante la audiencia de sentencia, la familia Bailey enfrentó al asesino con el peso del duelo. Alexis, la hermana mayor, llevó un frasco y colocó 114 piedras, una por cada puñalada. Con cada una, lanzó preguntas demoledoras: "¿La atacaste por la espalda?", "¿Gritó?", "¿Pidió por mamá?", "¿Te quedaste a mirar cómo moría?"
La madre, Stacy, contó que nunca volvió a tocar la habitación de su hija. "Ni siquiera lavé la ropa sucia. Si lo hago, pierdo su olor", dijo ante el tribunal. El padre, Forrest, expresó su orgullo por la adolescente. El hermano, Teegan, rompió en llanto al decir que tal vez, si se hubiera quedado despierto, Tristyn estaría viva.
Una carta sin nombre
Fucci no habló en la audiencia. Envió una carta escrita a mano, pidiendo perdón a la familia de la víctima y a su propia familia. Nunca nombró a Tristyn. Dijo extrañar los abrazos de su madre, la comida de su casa, y que "cuanto más tiempo pasa en prisión, más recuerdos pierde".
Su abuela pidió clemencia. Le dijo al juez que moriría si no podía volver a verlo. Pero la respuesta fue contundente.
Cadena perpetua
El juez R. Lee Smith condenó a Aiden Fucci a prisión perpetua el 24 de marzo de 2023. Por su edad, no era elegible para la pena de muerte, pero sí para la pena máxima en Florida. Podrá pedir una revisión de su condena dentro de 25 años.
El magistrado fue tajante: el crimen fue "extraordinario", sin señales reales de arrepentimiento y con escasas chances de rehabilitación.
"La víctima murió a manos de alguien en quien confiaba", dijo. Y añadió: "Este ha sido el caso más difícil e impactante de la historia judicial del condado".



