Un cardenal condenado y echado por Francisco quiere ser parte del cónclave

Se trata de Angelo Becciu, condenado a cinco años y medio de prisión por corrupcion con plata de la Santa Sede.

Un cardenal condenado y echado por Francisco quiere ser parte del cónclave

Editó: Ana Montes de Oca

Una pequeña tormenta amenaza con empañar la solemnidad del histórico momento que está viviendo el Vaticano: la posible participación del cardenal Angelo Becciu, en el cónclave que elegirá al próximo pontífice.

Becciu, condenado a cinco años y medio de prisión por corrupción financiera en el escándalo por la compraventa de un lujoso edificio en Chelsea, Londres, fue cesado por el propio Francisco en 2020. Desde entonces, sobre él pesa una inhabilitación perpetua para ejercer cargos en la Santa Sede. Sin embargo, el purpurado sardo, de 76 años, ha viajado a Roma decidido a hacer valer sus derechos cardenalicios. ¿El motivo? Considera que nunca se le revocó formalmente su derecho a voto.

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Becciu con el Papa Francisco, antes de la condena

"El Papa nunca pidió mi renuncia al cónclave, ni me excluyó por escrito", aseguró Becciu al diario Unione Sarda, restando valor jurídico a su exclusión de la lista oficial de electores publicada por la Santa Sede.

La situación, sin precedentes en la historia reciente del Vaticano, ha encendido las alarmas en plena Sede Vacante. Becciu ya participa en las congregaciones generales, las reuniones previas donde los cardenales definen los detalles del funeral papal y comienzan a esbozar alianzas para el futuro cónclave. Si bien aún no está confirmado si podrá entrar a la Capilla Sixtina el día de la votación, su insistencia reaviva viejas divisiones internas en la Iglesia.

El antecedente jurídico más citado es del siglo XIV: desde 1311, bajo el papado de Clemente V, la Iglesia ha optado por admitir a todos los cardenales electores, incluso a aquellos bajo alguna sanción. El profesor Pierluigi Consorti, experto en derecho eclesiástico, subrayó que la decisión final recaerá en la Congregación General, órgano que podría reescribir la historia de este cónclave si acepta a Becciu como votante número 134.

El escándalo que lo sepultó públicamente nació con la compra de un inmueble en Londres con fondos de la Secretaría de Estado. El juicio, el más importante del Vaticano en materia económica, destapó otras irregularidades: donaciones millonarias a una organización vinculada a la Cáritas de Ozieri, su pueblo natal, dirigida entonces por uno de sus hermanos.

En la biografía oficial de Becciu publicada en la web del Vaticano, se lee aún la frase que alimenta la ambigüedad: "El Santo Padre ha aceptado la renuncia del cargo de prefecto [...] y de los derechos asociados al cardenalato". Pero para Becciu, esa renuncia no incluyó su derecho a votar.

El cardenal nagelo Becciu

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