Escándalo por antisemitismo: bajaron de un avión a 52 chicos judíos

Un alarmante episodio en el aeropuerto de Manises, en Valencia, España, ha desatado la preocupación sobre la creciente discriminación hacia la comunidad judía tanto en España como en Israel. Todo comenzó este miércoles, cuando un grupo de 52 adolescentes judíos franceses, de entre 13 y 15 años, fue obligado a abandonar un vuelo de la aerolínea Vueling con destino a París, por cantar canciones tradicionales en hebreo antes del despegue, lo que derivó en una escalada de tensión con la tripulación.

El grupo formaba parte de un campamento de verano organizado por la empresa Kinneret, y regresaba a Francia tras su estadía en España. De acuerdo con los testimonios recogidos por diversos medios, la reacción del personal de cabina ante los cánticos fue de "creciente hostilidad". "Uno de los niños empezó a cantar una canción en hebreo, y enseguida la tripulación les advirtió que, si seguían cantando o haciendo ruido, llamarían a la policía", relató Karine Lamy, madre de uno de los chicos, en una entrevista con el canal i24.

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Pese a que los adolescentes se calmaron, la policía apareció minutos después, sin que mediara una nueva intervención del personal de vuelo, y procedió al desembarco forzoso del grupo entero. La directora del grupo, una joven de 21 años, fue arrestada tras oponerse a que les quitaran los celulares a los chicos. Un video que circuló ampliamente en redes la muestra esposada y boca abajo en el suelo del avión, rodeada por menores visiblemente conmocionados.

Testigos aseguran que miembros de la tripulación llegaron a comparar a los adolescentes con "terroristas" y a tildar a Israel de "Estado asesino". El piloto del avión fue identificado como Iván Chirivella, quien fue el instructor de vuelo de dos de los secuestradores de los vuelos que estrellaron en las Torres Gemelas. 

A la versión de los instructores y familiares se suman declaraciones de un pasajero independiente, que viajó con su hija en el mismo vuelo. Desde su cuenta de Instagram, contó: "Nadie entendía qué estaba pasando. Los chicos subieron al avión de forma tranquila, incluso callados para ser adolescentes. Durante las instrucciones de seguridad llamaron a la policía por un supuesto problema... pero nadie vio nada anormal. Se comportaron con educación y se bajaron del avión con calma".

Tras desembarcarlos, los agentes pidieron a los menores que entregaran sus teléfonos para borrar posibles grabaciones del incidente. La directora se opuso, argumentando que "no tienen derecho" a requisar los dispositivos, lo que habría desencadenado su detención.

Por ahora, ni Vueling ni las autoridades aeroportuarias han emitido un comunicado oficial. 

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