Jornada crucial para el acuerdo Mercosur - Unión Europea

En los próximos tres días se definirá el destino del acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur, que lleva más de 26 años de idas y vueltas y que, pese a haber superado innumerables obstáculos técnicos, hoy vuelve a quedar atrapado en la política interna europea.

Desde esta mañana, en Bruselas, se reúnen los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países de la Unión Europea en la cumbre más relevante del bloque. En la agenda figuran los temas que hoy dominan las preocupaciones del continente: la guerra en Ucrania, la amenaza de Rusia y la situación geoeconómica de cara a 2026. En ese marco, la presidencia danesa incluyó el debate sobre el acuerdo con el Mercosur, una discusión que puede marcar un punto de inflexión.

El Consejo Europeo deberá decidir si otorga o no el mandato para que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, firme con los países del Mercosur la entrada en vigor provisional del capítulo comercial del tratado. Si hay luz verde, el anuncio se realizaría el próximo sábado en Foz de Iguazú, durante el traspaso de la presidencia pro tempore del bloque sudamericano.

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Sin embargo, lejos de despejarse, el escenario se volvió más incierto en las últimas horas. A la ya conocida oposición de Francia -que incluso llevó al presidente Emmanuel Macron a pedir un aplazamiento- se sumó Italia. La primera ministra Giorgia Meloni afirmó ante el Parlamento italiano que es "prematuro" firmar el acuerdo sin garantías adicionales para proteger al sector agropecuario de su país.

Según difundió TN, las exigencias italianas -al igual que las de otros países con posiciones más duras- responden más a tensiones políticas internas dentro de la Unión Europea que a concesiones concretas que pueda ofrecer el Mercosur. Del lado sudamericano, el mensaje es claro: el bloque ya no está dispuesto a seguir cediendo frente a pedidos europeos que se redefinen sobre la marcha.

En esa línea se inscribe el fuerte ultimátum lanzado por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. "Italia y Francia no quieren hacerlo por problemas políticos internos", afirmó, antes de endurecer el tono: "Ya les advertí, si no lo hacemos ahora, Brasil no hará más acuerdos mientras yo sea presidente. Hace 26 años que esperamos este acuerdo. 26 años".

El posicionamiento brasileño no facilita las negociaciones, pero busca enviar una señal inequívoca a Bruselas: para el Mercosur, la definición es ahora o nunca. También expone la interna del bloque regional. Lula estiró al máximo la convocatoria para el traspaso de la presidencia del Mercosur con la expectativa de que el anuncio del acuerdo se concrete bajo liderazgo brasileño. El próximo turno es de Paraguay. Su presidente, Santiago Peña, que en un principio había descartado viajar a la Triple Frontera, finalmente confirmó su presencia, al igual que el presidente Javier Milei.

Del lado europeo, el margen es estrecho. Si Italia se suma formalmente al rechazo, Francia alcanzaría su objetivo de conformar la minoría de bloqueo: al menos cuatro países que representen el 35% de la población total de la Unión Europea. Ese escenario bastaría para frenar el mandato a von der Leyen.

La reunión del Consejo Europeo comenzó este jueves y concluirá mañana viernes. No hay un horario definido para la votación, ni siquiera la certeza de que el tema llegue a resolverse. Entre las alternativas que se manejan está la posibilidad de que Dinamarca, que ejerce la presidencia semestral del Consejo, retire el acuerdo del temario si percibe que no hay consenso posible.

En tanto, en Bruselas, los agricultores protestan en contra del acuerdo. 

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