Un curioso truco casero se ha viralizado recientemente entre aficionados a la jardinería: insertar fósforos sin usar en la tierra de las macetas con la punta hacia dentro para que las plantas crezcan más fuertes y verdes. Esta práctica ha despertado el interés de quienes buscan métodos económicos y naturales para proteger sus ejemplares vegetales frente a plagas.
Según la versión más difundida del método, su acción principal no tiene tanto que ver con fertilización, sino con protección: el azufre -presente en la mezcla de encendido de los fósforos- emitiría un aroma que repele insectos pequeños, en particular mosquitas que afectan el follaje. De este modo, se propone que las plantas puedan desarrollarse con menor agresión de plagas.
Este truco puede implementarse en cualquier lugar donde haya plantas en macetas o tiestos: desde patios, balcones o interiores con luz suficiente. No requiere grandes inversiones ni insumos especiales: basta con clavarlos en el sustrato de cada recipiente, dejando que el palito sobresalga y la punta (con azufre) quede enterrada. Según los defensores del método, el efecto se nota en pocas semanas: se observa menos presencia de insectos y un crecimiento más sano de hojas y tallos.
Aunque no hay una fecha precisa de "implementación" -el truco puede aplicarse en cualquier momento que la planta esté activa-, los jardineros suelen recomendar hacerlo cuando empieza la temporada de crecimiento, en primavera-verano, momento en que las plagas suelen tener mayor actividad. Las condiciones ideales son suelos bien aireados para que el azufre se disperse y que haya humedad moderada en la maceta.
Detrás de esta práctica hay una lógica sensata: muchas plagas tienen sensibilidad a compuestos sulfurados, y durante décadas el azufre ha sido usado como fungicida o repelente en jardinería y agricultura orgánica. Sin embargo, es importante considerar que no todos los fósforos contienen la misma cantidad o tipo de compuestos sulfurados, y algunos pueden tener aditivos u otros elementos que no resultan beneficiosos. Por ello, este método debe aplicarse con moderación y como complemento -no sustituto- de otras buenas prácticas de riego, ventilación y mantenimiento.
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