Cómo transformar el pan para reducir los picos de azúcar en sangre

Un hábito sencillo como recalentar el pan tras congelarlo puede transformar un alimento cotidiano en aliado de la digestión y el bienestar metabólico.

Cómo transformar el pan para reducir los picos de azúcar en sangre

Editó: Tamara Sbardolini

 El pan es parte infaltable de la mesa argentina: se disfruta en el desayuno, la merienda o como acompañamiento de cualquier comida. Sin embargo, para quienes buscan cuidar su salud, suele aparecer una preocupación: sus carbohidratos elevan rápidamente el azúcar en sangre y generan picos de glucosa que, a la larga, impactan en el bienestar. La buena noticia es que existen trucos simples, respaldados por la ciencia, que permiten seguir comiéndolo sin culpa.

Un método sencillo y eficaz ha sido difundido por la médica Sara Marín, especialista en microbiota y salud femenina. Según explica, congelar el pan y luego calentarlo directamente en la tostadora o en una sartén cambia parte de sus carbohidratos en fibra prebiótica. Esto no solo ayuda a mantener más estables los niveles de azúcar en la sangre, sino que también mejora la digestión y reduce molestias como la inflamación y los gases.

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Qué dice la ciencia

Este consejo no es un mito. Una revisión publicada en The American Journal of Clinical Nutrition en 2022 demostró que al congelar y recalentar el pan se produce almidón resistente, un tipo de fibra que llega al intestino grueso para alimentar a las bacterias benéficas de la microbiota. Como resultado, aumenta la producción de butirato, una sustancia clave que protege la salud intestinal, regula la inflamación y mejora la sensibilidad a la insulina.

Cómo hacerlo en casa

La recomendación es sencilla: elegir pan integral o de grano entero, cortarlo en rebanadas y guardarlo en el congelador dentro de bolsas herméticas. Cuando se quiera consumir, basta con sacar la porción deseada y calentarla directamente en la sartén o tostadora. Comerlo en el momento asegura el máximo beneficio de este proceso.

Un cambio pequeño con grandes beneficios

Adoptar este hábito puede marcar la diferencia, especialmente en personas con digestiones sensibles o que buscan evitar picos de glucosa. Además, es una forma práctica de conservar el pan por más tiempo y reducir el desperdicio.

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