En el sur de Mendoza espera un conjunto de piletas naturales ideal para relajarse rodeado de montaña y silencio. Un rincón agreste que sorprende por su calma y sus paisajes.
Montaña, silencio y aguas termales: la escapada ideal en Mendoza
Las termas naturales El Sosneado, en el sur de Mendoza, son uno de esos lugares que sorprenden apenas se llega. Después de avanzar por rutas que se meten en la montaña, aparece un conjunto de piletas rústicas alimentadas por aguas calientes que brotan directamente del suelo. El entorno es simple, agreste y silencioso: ideal para quienes buscan una pausa de la rutina.
El viaje desde la capital provincial ronda los 300 kilómetros, tomando la Ruta Nacional 40 hacia el sur y luego la Ruta Provincial 220, que conduce a la zona cordillerana. El último tramo es de ripio, por lo que se recomienda manejar con calma. El lugar queda relativamente cerca de San Rafael, Malargüe, El Nihuil y atractivos clásicos como el Cañón del Atuel y la Laguna de Llancanelo.
Lo primero que impacta es el paisaje abierto de montaña: cerros áridos, un silencio profundo y vistas que se pierden en el horizonte. En ese escenario aparecen las piletas de piedra donde el agua caliente brota sin intervención. El contraste entre la temperatura del agua y el clima cordillerano convierte la visita en un momento de descanso único.
Las piletas naturales de El Sosneado, alimentadas por aguas termales que brotan del suelo.
Las aguas contienen minerales naturales y suelen mantener temperaturas agradables incluso en días fríos, lo que las vuelve perfectas para relajarse al aire libre. Muy cerca se impone la figura del Volcán Overo, con sus glaciares y fumarolas, que suma un atractivo geológico al paisaje aunque no todos los visitantes lleguen hasta su base.
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A pocos kilómetros también se encuentra la Laguna El Sosneado, un espejo de agua rodeado de cerros que ofrece un ambiente sereno para caminar, sacar fotos o simplemente contemplar la montaña. Y a metros de las piletas se pueden recorrer las ruinas del histórico Hotel Termas El Sosneado, construido en la década del 30 y abandonado tiempo después. Sus restos de piedra y su estructura abierta le dan un aire cinematográfico que muchos viajeros buscan retratar.
Ruinas del histórico Hotel Termas El Sosneado.
La zona no cuenta con servicios masivos ni grandes instalaciones. Eso es justamente lo que la convierte en una escapada distinta: solo montaña, agua caliente y un paisaje inmenso. Un plan simple y perfecto para desconectar un rato del ritmo urbano.
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