Una costumbre tan habitual e inofensiva con las prendas puede revelar más conductas de lo que se piensa. Qué hay detrás del famoso "sillón ropero", según especialistas.
¿Qué significa para la psicología acumular mucha ropa en una silla?
En muchas casas argentinas, hay una imagen que se repite: una silla, generalmente en el dormitorio, que funciona como lugar casi permanente donde se almacena una cantidad importante de ropa, tales como remeras, pantalones, buzos, entre otros. A veces es lo que una persona se prueba y al final no lo termina de usar, o lo que usa y no se lo guarda debidamente luego en el armario. Pero lo cierto es que, para la psicología, esta conducta cotidiana puede estar diciendo mucho más de lo que se cree.
Qué actidudes revelan los psicólogos ante esto
Según afirman especialistas en esta disciplina científica, acumular ropa en una silla no siempre es sinónimo de desorden o pereza. En algunos casos, se trata de una forma de procrastinación, es decir, postergar una tarea simple como guardar una remera, producto del cansancio mental o el estrés diario.
Asimismo, de acuerdo un estudio de Cognitivismo Clínico publicado por Salvatori en 2017 señala que "la mente, agobiada por miles de pensamientos y compromisos, percibe incluso las actividades más sencillas como obstáculos agotadores". Este documento sugiere que esta conducta se relaciona con los altos niveles de estrés y ansiedad.
¿Por qué no se ordena la ropa en el momento?
Desde el lado de la psicología cognitiva, apuntan que, quienes sufren de procrastinación, tienden a aplazar tareas incluso cuando son rápidas o simples. El desorden en la silla puede simbolizar acciones sin resolver, emociones reprimidas o simplemente un cerebro que necesita descansar.
"No es solo pereza. A menudo es una señal de alarma", subraya dicho estudio. El desorden funciona como un espejo de sí mismo: cuando el mundo interno está desordenado, el entorno empieza a reflejar esa confusión.
El rol del estrés y la ansiedad
Otro organismo que ha abordado este hábito típico ha sido el Instituto Nacional del Envejecimiento, el cual ha realizado un estudio de cómo los espacios caóticos pueden incrementar los niveles de ansiedad, alterar el sueño e incluso afectar el peso corporal. Explican que cuando el hogar está desordenado, el cerebro siente que no puede relajarse.
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Agrega que la acumulación puede ser una forma de manifestar externamente un estado emocional confuso. El ambiente desorganizado se convierte en una extensión del malestar psíquico.
Apego emocional
Otra especialista que ha tratado este tema ha sido la psicóloga inglesa Emma Kenny, quien afirma que muchas personas sienten un vínculo emocional con las prendas. Cada remera, pantalón o buzo puede representar una etapa, un recuerdo, un hecho significativo en la vida de alguien. Según Kenny, no guardar esta ropa puede representa "una forma inconsciente de no lidiar con ciertos recuerdos".
Aparte de estos significados, este gesto cotidiano simplemente también puede significar simplemente un atajo práctico: ahí se apoya lo que se va a volver a usar pronto. No hay conflicto, solo funcionalidad momentánea. Guardar y descolgar todo el tiempo también implica un esfuerzo adicional.
De todas formas, la psicología aclara que estos estudios no sugieren que todas conductas sean reglas universales. Por lo tanto, va en cada persona el hecho de adoptar y mantener sus propias costumbres, formas de organización y realidades en el día a día.
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