Con ingredientes comunes y un procedimiento directo, esta receta permite lograr un pan dulce alto, esponjoso y aromático en pocos minutos. Perfecta para las Fiestas.
Cómo hacer pan dulce sin levadura y sin amasar
El espíritu navideño empieza a aparecer y, con él, las ganas de preparar algo casero y rico. Para quienes buscan una opción rápida y sencilla, existe una receta de pan dulce exprés, sin levadura y sin amasado, que se prepara en pocos minutos y mantiene el clásico aroma de las Fiestas.
La creadora de esta propuesta es Valu Ramallo, dueña de su empresa de pastelería, con locales en San Isidro, y una invitada habitual en el programa de Maru Botana en el canal de streaming LaCasa. Su versión del pan dulce se volvió una de las favoritas por su practicidad y porque cualquiera puede hacerla sin experiencia previa.
"Tiene todo el aroma y el sabor del pan dulce pero se hace muchísimo más fácil", explica Ramallo. Además, destaca que los frutos secos se pueden reemplazar por lo que haya en casa: fruta confitada, cascaritas de naranja, chocolate o pasas. "Cada uno lo hace a su propio gusto", resume.
La preparación es directa y no requiere técnicas complicadas. En un bowl se mezclan 3 huevos, 150 ml de leche, 100 g de manteca derretida, esencia de vainilla, unas gotas de agua de azahar, una cucharada de miel y la ralladura de un limón y una naranja. Luego se incorporan 400 g de harina 0000, 150 g de azúcar y 2 cucharaditas de bicarbonato de sodio, un ingrediente clave para lograr un pan dulce alto y esponjoso.
El pan dulce exprés de Valu Ramallo se prepara sin levadura y en pocos pasos.
El toque final llega con 300 g de frutos secos, que se integran suavemente. La mezcla rinde para 4 moldes de 350 g, ideales para regalar o tener listos para la mesa navideña.
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El horno debe estar a 170° (siempre precalentado) y el tiempo de cocción es de 30 minutos. Para decorar, Ramallo recomienda un simple glaseado con azúcar impalpable y jugo de limón, más un puñado de frutos secos por encima.
El glaseado de limón aporta frescura y un toque final clásico.
El resultado, según la pastelera, es "increíble": un pan dulce con aroma a fiesta, textura delicada y un método exprés que se adapta a cualquier ritmo de vida.
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