Estas galletitas saludables son perfectas para acompañar el mate o el café. Se preparan rápido, sin harina refinada ni azúcar agregada.
Galletitas de vainilla sin harina ni azúcar: receta saludable y fácil
Las galletitas de vainilla sin harina ni azúcar se convirtieron en una de las recetas más buscadas por quienes quieren disfrutar algo dulce sin romper la dieta. Son fáciles, rápidas y con pocos ingredientes, ideales para preparar en casa en menos de 15 minutos.
A diferencia de las versiones tradicionales, esta opción usa harina de almendras y edulcorante apto para horno, lo que las hace más livianas y nutritivas. El resultado son galletitas doradas, con un aroma intenso a vainilla y una textura suave por dentro.
Ingredientes
-1 huevo
-150 g de harina de almendras
-40 g de edulcorante granulado apto para horno (stevia o sucralosa)
-2 cucharadas de aceite de coco o girasol
La harina de almendras aporta textura suave y sabor natural.
-1 cucharadita de esencia de vainilla
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-1 pizca de polvo de hornear sin TACC
Estos ingredientes permiten obtener galletitas sin gluten, sin azúcar y con un buen aporte proteico, ideales para quienes buscan opciones más naturales.
Paso a paso
-Batir el huevo con el edulcorante hasta que la mezcla quede bien integrada.
-Agregar el aceite y la esencia de vainilla, mezclando suavemente.
Galletitas de vainilla sin harina ni azúcar, listas en minutos.
-Incorporar la harina de almendras y el polvo de hornear, hasta lograr una masa homogénea.
-Formar bolitas pequeñas, colocarlas en una placa con papel manteca y aplanarlas ligeramente.
-Hornear a 180 °C durante 8 a 10 minutos, hasta que estén levemente doradas.
-Retirar y dejar enfriar para que tomen una textura crocante por fuera.
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El resultado son galletitas doradas, suaves y con sabor clásico, perfectas para acompañar el mate, el café o el té.
Sabor clásico, versión saludable
Estas galletitas no solo son fáciles de hacer: también son aptas para personas con celiaquía y para quienes evitan el consumo de azúcar. Se pueden personalizar con chips de chocolate amargo, ralladura de limón o un toque de canela, sin perder su encanto original.
Una receta simple y versátil que demuestra que comer saludable también puede ser rico, rápido y casero.
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