Con restos de poda, hojas secas o compost, podés hacer un abono que mejora la fertilidad del suelo y mantiene tu jardín sano todo el año.
El insumo natural para mantener tu jardín sin malas hierbas
La primavera es la temporada de mayor crecimiento de las plantas, y mantenerlas saludables requiere de cuidados específicos. Uno de los métodos más efectivos es usar mantillo, un abono natural que no solo nutre el suelo, sino que también conserva la humedad y ayuda a controlar las malas hierbas.
El mantillo se prepara con materiales naturales que solemos desechar, como hojas secas, corteza triturada, compost maduro o restos de poda. Según la Real Sociedad de Horticultura, estos componentes deben estar limpios y libres de semillas o malezas. Una vez mezclados y dejados reposar unos días, se extiende una capa de entre 5 y 10 centímetros alrededor de las plantas, evitando cubrir tallos o troncos.
Esta cobertura protege las raíces de los cambios bruscos de temperatura, reduce la evaporación del agua y facilita que se desarrollen raíces más profundas. Además, actúa como barrera natural contra las lluvias intensas y mejora la aireación del suelo. Con el tiempo, el mantillo se descompone y libera nutrientes esenciales, fomentando un suelo más fértil y saludable.
EL mantillo es una mezcla de hojas, corteza y compost para aplicar en el jardín.
Entre sus principales beneficios se destacan:
-Conservación de humedad: ayuda a espaciar los riegos y protege las raíces del estrés hídrico.
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-Control de malas hierbas: al cubrir el suelo, evita que germinen semillas no deseadas.
-Protección del suelo: previene la compactación y mantiene la temperatura estable.
-Mejora de fertilidad: aporta nutrientes de manera natural y fomenta microorganismos beneficiosos.
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Usar mantillo es una forma sencilla, económica y sostenible de mantener el jardín en óptimas condiciones durante la primavera. Con materiales fáciles de conseguir, podés crear un abono que proteja tus plantas, conserve la humedad y mantenga alejadas las malas hierbas.
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