A pocos kilómetros del llano, el emblemático espacio de los años '70, avanza en su recuperación con proyectos turísticos y recreativos que apuntan a renovar la experiencia de la montaña mendocina desde otra perspectiva.
La estancia en Godoy Cruz escondida en medio del Piedemonte
En el piedemonte del departamento de Godoy Cruz, donde la ciudad se diluye entre senderos, jarillas y quebradas, la Estancia Punta del Agua empezó hace algunos años a cambiar su historia.
El viejo chalet de los años '70 -una construcción clásica de montaña, de esas que quedaron suspendidas en el tiempo- comenzó a ser puesto en valor en 2022, cuando su propietario, Emmanuel Richardi, firmó con la Municipalidad de Godoy Cruz un convenio para recuperar el predio y abrirlo a un proyecto turístico con impronta sustentable.
Desde entonces, el movimiento es constante. Lo que alguna vez fue una casa de descanso hoy se proyecta como un hotel boutique de montaña, con alrededor de 50 habitaciones, cabañas distribuidas entre terrazas naturales y sectores pensados para experiencias recreativas, culturales y deportivas. La idea principal es aprovechar el entorno sin tratar de intervenir de más, integrando diseño, naturaleza y actividades al aire libre.
Senderos, montaña y un corredor que se ordena
La estancia -ubicada a unos 1.200 metros sobre el nivel del mar y a solo ocho kilómetros del Hipódromo Provincial- se transformó, además, en uno de los puntos donde el municipio busca ordenar y darle identidad al piedemonte, a través del Plan de Ordenamiento Territorial.
Parte del predio forma parte de los circuitos de uso del corredor serrano: senderismo, ciclismo, cabalgatas y espacios de encuentro para vecinos y visitantes que llegan a disfrutar la montaña sin alejarse demasiado del llano ni del Gran Mendoza, según lo indicado en el sitio web de la municipalidad.
Un viñedo de altura con impronta sustentable
El proyecto también avanza sobre un costado productivo. En el terreno se desarrolla un viñedo de altura trabajado bajo criterios de agricultura regenerativa, algo poco habitual en el departamento. Allí conviven varietales no tan comunes como albariño y garnacha, junto a malbec y cabernet franc, usando agua de vertiente y prácticas pensadas para conservar la salud del suelo.
La idea a futuro es sumar elaboraciones propias, conservas regionales y pequeños circuitos gastronómicos integrados al paisaje.
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El Estado provincial también puso la lupa sobre el sector. En los últimos dos años se destinaron fondos para instalar señalética, módulos ambientales y programas de educación destinados a promover el cuidado del piedemonte.
Punta del Agua aparece así como un nodo dentro de una estrategia mayor, buscar preservar la biodiversidad y ordenar un territorio que, históricamente, creció sin planificación clara.
Hoy, mientras las obras siguen avanzando, este predio se perfila como uno de los lugares que podrían redefinir la relación de los mendocinos con su montaña cercana. Un espacio donde paisaje, arquitectura y experiencias empiezan a conectarse de una forma nueva.
¿Cómo llegar?
Para acceder a la Estancia Punta del Agua desde el centro de Mendoza, el camino más directo es hacia el oeste, ingresando a Godoy Cruz y tomando las vías que ascienden al piedemonte.
Desde la zona urbana se puede subir por calle Chuquisaca o Segundo Sombra, que conectan con los caminos rurales cercanos al Dique Maure. A partir de allí, el trayecto continúa por rutas de ripio bien marcadas que llevan hasta el predio.
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