La kombucha dejó de ser moda para instalarse en la cocina. Descubrí cómo prepararla en simples pasos y por qué puede ayudar a tu digestión.
Cómo preparar kombucha casera y mejorar tu digestión paso a paso
En los últimos años, las bebidas fermentadas dejaron de ser una rareza para convertirse en protagonistas de cafeterías, supermercados y cocinas. Entre ellas, la kombucha se consolidó como una de las favoritas de quienes buscan una alternativa natural a las gaseosas y una forma de cuidar la salud digestiva.
Más allá de su frescura y su estética artesanal, la kombucha llama la atención por su aporte de probióticos y antioxidantes. Según la nutricionista Julia Zumpano, de Cleveland Clinic, esta bebida fermentada a base de té y azúcar, junto a un cultivo de bacterias y levaduras conocido como SCOBY, puede ayudar a la microbiota intestinal gracias a sus microorganismos vivos.
La doctora Mayra Anticona, docente de nutrición en la Universidad San Ignacio de Loyola, explicó que durante la fermentación se generan bacterias y compuestos que enriquecen el perfil nutricional de la kombucha, con posibles efectos digestivos e inmunológicos. Sin embargo, los expertos aclaran que la evidencia científica aún es limitada y que conviene consumirla con moderación.
Preparar kombucha en casa requiere higiene y paciencia para un buen resultado.
¿Cómo preparar kombucha casera?
Hacer kombucha en casa es más simple de lo que parece y no requiere equipos costosos. Estos son los ingredientes básicos:
-Agua
-Té negro o verde
-Azúcar blanca
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-SCOBY (colonia simbiótica de bacterias y levaduras)
-Un poco de kombucha ya fermentada (para iniciar el proceso)
Paso a paso
-Herví agua e infusioná el té con azúcar durante 10-15 minutos.
-Colá las hojas y dejá enfriar la mezcla a temperatura ambiente.
-Pasá el líquido a un frasco de vidrio y añadí el SCOBY y el líquido iniciador.
-Cubrí el frasco con un paño limpio y dejalo fermentar entre 7 y 14 días, en un lugar fresco y sin luz directa.
La kombucha ganó popularidad en todo el mundo como bebida probiótica natural.
-Una fermentación exitosa se reconoce por su sabor ácido y efervescente, la formación de una nueva capa de SCOBY y un aroma avinagrado pero agradable. Si aparecen manchas de moho, la preparación debe descartarse.
Precauciones y consumo
Los especialistas recomiendan empezar con pequeñas cantidades, como media taza por día, y no superar los 355 ml diarios. Además, hay que tener cuidado con las versiones caseras: si no se respetan medidas de higiene, podrían aparecer microorganismos indeseados.
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Personas embarazadas, niños pequeños, personas inmunocomprometidas o con problemas hepáticos y renales deberían evitarla.
Consumida con moderación y bien fermentada, la kombucha puede ser un complemento natural dentro de una alimentación equilibrada.



