La localidad de Río Negro tiene una inmensidad de ríos cristalinos para bañarse y admirarse.
La joya de El Bolsón que pocos conocen
La Patagonia tiene lugares mágicos, decenas de lagos y ríos que parecen pintados por algún Dios enloquecido de belleza. Aunque a veces parezca que uno la conoce integramente, sus paisajes siempre sorprenden y hay ríos mágicos que pueden no ser tan conocidos.
Ese es el caso del Motoco, que está en El Bolsón, pero lejos de los circuitos tradicionales pero con un lugar excepcional, rodeado de coihues, alerces, avellanos y laureles.
El río es un espejo de agua cristalina, similar al Río Azul, y uno puede bañarse a pesar de que el agua está algo fría.
Para llegar a este paraje hay que partir caminando desde la pasarela del Río Azul y atravesar puentes colgantes en el camino. En total, el itinerario dura entre siete y ocho horas y hay que estar relativamente entrenado para poder hacerlo.
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Debido a que el camino es largo se recomienda partir bien temprano en la mañana para volver en el mismo día (la vuelta es más corta), pero quienes lo deseen también se pueden quedar a dormir en la montaña.
En el refugio Motoco hay calefaccion, cocina, una cantina, iluminación nocturna y zona de camping a la vera del río.



