El huevo es uno de los alimentos más completos, pero la forma de cocinarlo puede cambiar cuánto aprovechamos de sus proteínas.
La forma correcta de cocinar el huevo para obtener el máximo de proteínas
Ni frito ni revuelto: el secreto del huevo está en la forma de cocinarlo. Este alimento es una de las principales fuentes de proteínas de la dieta, pero no siempre se aprovecha al máximo.
El huevo es versátil: se puede sumar a un desayuno, una ensalada, un guiso o una merienda. Además de aportar energía, contiene los aminoácidos esenciales que el cuerpo no produce por sí solo. Sin embargo, no todas las formas de cocción permiten conservar intacto su valor nutricional.
La mejor manera de cocinarlo es hervido en agua. En esta preparación, el huevo alcanza la temperatura adecuada para que las proteínas se coagulen sin desnaturalizarse. A diferencia de las versiones fritas o revueltas, no se agregan grasas extras que aumentan las calorías.
Si se opta por otras variantes como frito u omelette, se recomienda usar aceites de calidad, como el de oliva, para reducir la presencia de calorías vacías.
El huevo hervido conserva mejor sus proteínas.
Beneficios del huevo
-Favorece la recuperación muscular después del ejercicio gracias a su alto aporte de proteínas.
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-Es rico en colina, nutriente clave para la memoria y la concentración.
-Contiene antioxidantes que ayudan a proteger al organismo del daño celular.
-Es un alimento saciante y bajo en calorías, ideal en planes de pérdida de peso.
Cómo sumar el huevo a la dieta
-En ensaladas frescas.
-Como omelette.
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-En un wok de verduras.
-En sopas y guisos.
-Con tostadas.
De esta manera, el huevo no solo se convierte en un alimento práctico y económico, sino también en un aliado fundamental para mantener una dieta equilibrada.



