Una receta que respeta el sabor clásico, pero sin excesos. Con el equilibrio justo entre cremosidad y frescura, es la opción ideal para enfrentar las altas temperaturas del verano.
Helado de dulce de leche sin azúcar: el postre perfecto para ganarle al calor
Cuando el calor sobre todo del verano se hace sentir, el cuerpo pide inmediatamente algo fresco, liviano y dulce. Y aunque muchos piensan que hacer helado en casa requiere máquinas o técnicas complicadas, la realidad es otra. Con algunos trucos simples, se puede lograr un helado de dulce de leche sin azúcar con textura cremosa, sabor intenso y una suavidad que nada tiene que envidiarle a las versiones industriales.
Este postre es ideal para quienes buscan darse un gusto sin romper la rutina saludable, o simplemente para quienes disfrutan de cocinar algo especial y refrescante.
Un clásico que no pasa de moda
El dulce de leche sigue siendo uno de los sabores más elegidos del país. En esta versión sin azúcar, conserva todo su aroma y cremosidad, pero con un perfil más liviano.
El secreto no está solo en los ingredientes, sino en cómo se integran y enfrían, para evitar la cristalización que arruina la textura de muchos helados caseros.
Ingredientes
• 250 gramos de dulce de leche sin azúcar.
• 250 cc de leche descremada.
• 120 cc de crema de leche.
• Unas gotas de Esencia de vainilla.
• 60 gramos de chocolate sin azúcar picado.
Preparación
1) Preparar la base
Colocar la leche, el dulce de leche y unas gotas de esencia de vainilla en una olla pequeña. Calentar a fuego bajo mientras se revuelve constantemente.
El objetivo no es hervir la mezcla, sino permitir que el dulce de leche se disuelva por completo y se integre a la leche.
Cuando esté homogénea y sin grumos, retirar del fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente.
2) Enfriar bien la mezcla
Una vez que esté tibia o a temperatura ambiente, pasar la mezcla a un recipiente y llevarla a la heladera por al menos 30 minutos.
Este paso es esencial: si la preparación aún conserva calor, al combinarla con la crema batida se perderá el aire incorporado y el helado resultará denso o con cristales.
Mantener las temperaturas bajas desde el inicio es lo que garantiza una textura final más sedosa.
3) Batir la crema correctamente
Colocar el bowl y las paletas de la batidora en el freezer durante unos minutos antes de comenzar.
Batir la crema fría hasta que esté firme, lo justo para que mantenga su volumen, pero sin pasarse del punto (si se corta, pierde el efecto espumoso).
El batido debe durar unos tres minutos, dependiendo de la potencia de la batidora.
4) Integrar con movimientos envolventes
Incorporar la mezcla de dulce de leche fría sobre la crema batida en varias tandas, con movimientos envolventes y suaves.
Esta técnica ayuda a conservar el aire incorporado, que es clave para obtener un helado liviano, con cuerpo pero sin rigidez.
Evitar los movimientos bruscos o el uso de batidora en esta etapa, ya que rompería las burbujas de aire y dejaría la mezcla más líquida.
5) El paso más importante: el proceso de congelado
El freezer es el "batidor silencioso" del helado casero. Aunque parezca solo una etapa de espera, lo que se haga durante estas horas define la textura final.
• Primera hora: una vez que el recipiente esté en el freezer, cada 15 minutos hay que retirarlo y revolver la mezcla con una espátula o cuchara de madera. Este movimiento rompe los pequeños cristales de hielo que comienzan a formarse y permite que el aire se distribuya de manera uniforme.
• Segunda y tercera hora: luego, cada 30 minutos, repetir el mismo proceso. En una de estas mezclas intermedias, incorporar el chocolate sin azúcar picado, que aportará textura y contraste sin hundirse al fondo.
• Últimas horas: después de unas tres horas de este trabajo intermitente, dejar reposar la mezcla sin remover en el congelador al menos 4 horas más antes de consumirlo.
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El resultado
Un helado suave, parejo y con sabor intenso a dulce de leche, sin necesidad de azúcar ni conservantes. Los trozos de chocolate aportan el toque crocante justo y hacen que cada bocado sea distinto. Perfecto para los días de calor, después de una comida liviana o como premio de media tarde.
Consejos extra
Si se pretende darle un toque especial, agregar una pizca de sal marina o unas nueces picadas al momento de servir. Realzan el sabor del dulce de leche y hacen que el postre quede digno de confitería.
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