Todos los días lavamos los platos y en la esponja se acumulan millones de bacterias. También es importante la periodicidad de la desinfección.
Cómo mantener la esponja de cocina desinfectada con trucos fáciles
Parece inofensiva. La usamos todos los días, la mojamos, le pasamos detergente... ¿Pero, sabías que la humilde esponja que usamos para lavar los platos es, estadísticamente, el objeto con más bacterias de toda la casa? Supera, y por lejos, hasta el inodoro.
Es el ambiente ideal: humedad, calor y restos de comida. Por eso, no alcanza con enjuagarla y dejarla tirada. Si no le hacés un "service" regular, estás esparciendo mugre de un plato a otro.
La buena noticia es que para desinfectarla de verdad no necesitás productos carísimos. Acá te contamos cómo y cada cuánto hacerle un mantenimiento con lo que seguro tenés a mano en tu cocina.
¿Cada cuánto hay que desinfectarla?
Acá no hay mucha vuelta que darle. Para un uso normal diario, la recomendación de los especialistas es:
- 1 vez por semana (mínimo): Para el mantenimiento general y eliminar la mayoría de los gérmenes.
- Diariamente (si es necesario): Si la usaste para limpiar restos de carne cruda, pollo o pescado. ¡Ahí no podés esperar!
- ¡Dato clave! Por más que la desinfectes a la perfección, los expertos insisten en que tenés que tirar la esponja y reemplazarla por una nueva cada 1 o 2 semanas de uso intenso. Cuando ya esté muy gastada, ¡chau!
Métodos de desinfección caseros y efectivos
Estos trucos usan ingredientes que son un clásico del hogar argentino: el vinagre, el bicarbonato y hasta el microondas. Son rápidos y eliminan hasta el 99% de las bacterias si se hacen bien.
1. El truco exprés del microondas (Ideal para el día a día)
Este método usa el vapor y el calor extremo para liquidar los gérmenes. Es rapidísimo, pero solo sirve para esponjas sin partes metálicas.
Qué necesitás: Agua y el microondas.
Paso a paso:
Mojá bien la esponja, dejándola húmeda, pero bien escurrida para que no gotee. O, si es más seguro, metela en un recipiente apto para microondas con media taza de agua.
Ponela a máxima potencia durante 1 a 2 minutos.
¡Atención! Va a salir vapor y va a estar hirviendo. Usá unas pinzas o esperá cinco minutos antes de tocarla para evitar quemaduras.
2. La fórmula imbatible: vinagre y nicarbonato
El vinagre es un antibacteriano natural por su acidez, y el bicarbonato ayuda a potenciar la limpieza y a neutralizar los malos olores.
Qué necesitás: Vinagre blanco de alcohol, bicarbonato de sodio y agua caliente.
Ver: El nuevo invento que convierte cualquier rincón de casa en un lavadero
Paso a paso:
En un bol o recipiente, prepará una solución mezclando una taza de agua caliente con media taza de vinagre blanco.
Sumá una o dos cucharadas de bicarbonato de sodio (va a hacer efervescencia, es normal).
Sumergí completamente la esponja y dejala en remojo toda la noche (o por lo menos 20 minutos).
Al día siguiente, escurrí y enjuagá con abundante agua limpia.
3. El Método de la Abuela: Agua Hirviendo
Si no tenés microondas o te da cosa usarlo, el agua hirviendo es la solución más tradicional y efectiva para las esponjas que ya están muy "baqueteadas".
Qué necesitás: Una olla y agua.
Paso a paso:
Poné agua a calentar en una olla hasta que hierva bien.
Cuando el agua esté a punto de ebullición, apagá el fuego y sumergí la esponja durante 5 minutos.
Retirala con mucho cuidado con una cuchara de mango largo o pinzas, escurrí bien y dejala secar.
El consejo final: dejá que respire
El problema de las esponjas no es solo la mugre que juntan, sino la humedad que retienen, que es lo que hace que los microbios se multipliquen.
Después de cada uso: Escurrí la esponja lo máximo posible.
Guardala bien: No la dejes tirada en el fondo de la bacha. Lo ideal es guardarla en un lugar donde corra el aire, como un rejilla o un soporte que permita que se seque completamente entre uso y uso.
¡Haciendo este mantenimiento, te asegurás de que el elemento que usás para limpiar tu vajilla, no sea en realidad la fuente de contaminación!



