La verdad sobre la "escalera al infinito" del Parque San Martín

La famosa y extraña estructura adorna el Prado Catalán, frente al Rosedal. Quién la construyó y por qué está en ese lugar.

La verdad sobre la "escalera al infinito" del Parque San Martín

Por: Figueroa

El Parque San Martín esconde secretos que pocos conocen y que reflejan momentos particulares de la historia de la provincia. Construcciones, monumentos, calles y nombres que vemos a diario. Abandonadas, cuidadas, restauradas, invisibles a los ojos distraídos que posan su atención en otro lugar. Están ahí, aunque desconozcamos su origen y el por qué de su presencia en el espacio verde más importante de Mendoza.

Uno de los hitos curiosos del Parque está en el Prado Catalán, frente al Rosedal. Se trata de la "Escalera al infinito" o "hacia la nada", que durante años ha sido foco de leyendas y teorías sobre su construcción.

La escalera helicoidal, nombre que recibe por su forma en espiral, es el vestigio de un evento internacional que se llevó adelante en Mendoza en la década del '50. De hormigón armado, fue construida por la Sociedad de Arquitectos, Constructores y Anexos, en adhesión al evento. Adornada con plantas a su alrededor y pintada de blanco, estaba ubicada entre los edificios de los ministerios nacionales de Obras y  de Agricultura.

La escalera helicoidal en el Prado Catalán del Parque General San Martín

La Feria y la escalera

La "Feria de América" se realizó íntegramente en Mendoza durante la segunda presidencia de Juan Domingo Perón, fue una exposición continental que tenía el propósito de fomentar la producción regional y afianzar las relaciones comerciales e internacionales de Argentina con los países vecinos. La idea era mostrar un país próspero y pujante para atraer inversiones y visitantes.

Como explica en una publicación Pablo Bianchi, investigador del Conicet, la feria duró cuatro meses entre enero y abril de 1954. Para su desarrollo se destinaron 30 hectáreas en los alrededores del lago del parque. Eran Cientos de stands y locales de comercios y agrupaciones, pero también se construyeron 93 "pabellones" que usaba cada país latinoamericano, provincias y dependencias de alto rango nacional. 

La escalera helicoidal en 1954. Junto al "Pabellón 24" y detrás el edificio que montaron por 4 meses para el Ministerio de Agricultura de la Nación

La feria también apuntó a exhibir avances en la construcción estandarizada con materiales como acero, maderas, además de equipamiento y mobiliario de vanguardia. "Significó la amalgama de la industria, la política, la sociedad, el arte, la arquitectura y el diseño; en una acción de avanzada que logró una propuesta vanguardista que, desde Mendoza, ponía al país en diálogo con las tendencias internacionales".

Bianchi explica que como los edificios sólo iban a ser usados para el evento, los encargados se permitieron "jugar" con los diseños y las estructuras que usaron en la construcción, con materiales livianos y montaje en seco. Los diseños vanguardistas fueron acompañados por la escalera que adornó un espacio entre dos ministerios del entonces gobierno peronista.

Los sobrevivientes

De la feria internacional, en la cual Mendoza fue el eje del continente, siguen en pie sólo dos estructuras: la escalera helicoidal y el famoso Pabellón 24, que está a su lado y fue el edificio que usó el Ministerio de Obras Públicas y que luego fue stand, boliche y ahora es una jefatura policial. 

La escalera helicoidal vista desde el interior del Pabellón 24

Fotos:
- Wustavo Quiroga (2012). Feria de América: Vanguardia invisible.
-Pablo Bianchi (2022).  El Pabellón 24 de la Feria de América (1954): una aproximación en clave biográfica

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