El tesoro patagónico escondido que enamora a primera vista

Con pozones profundos, opciones para trekking, pesca y descanso absoluto, este río se convirtió en un destino ideal para quienes buscan contemplar la naturaleza de forma pacífica y sin multitudes.

El tesoro patagónico escondido que enamora a primera vista

Por: Franco Cerroni

Para quienes buscan aventura, naturaleza en estado puro y esos paisajes que obligan a sacar el celular aunque uno no quiera, Neuquén guarda un secreto que no aparece en todas las guías. Se llama Río Caleufú (o Pozones de Caleufú) y, aunque no figura entre los destinos más promocionados, tiene todo para convertirse en uno de los preferidos de la temporada.

En total, este río atraviesa unos 50 kilómetros de valle patagónico, mezclando bosques espesos, montañas y un agua tan azul que parece editada. Su nacimiento se produce a partir del encuentro del Meliquina con el Filo Hua Hum, en el departamento Lácar. Desde allí comienza a dibujar curvas entre pinos y rocas erosionadas por el paso del tiempo.

Este río atraviesa unos 50 kilómetros de valle patagónico y se caracteriza por sus ollas naturales.

Atractivos y principales actividades

Uno de los grandes atractivos del Caleufú son sus ollas naturales, formadas por la acción del agua sobre la piedra. A lo largo del recorrido aparecen como pequeñas piletas silvestres, perfectas para una pausa, un chapuzón refrescante o simplemente para sentarse a contemplar un paisaje que parece hecho para bajar un cambio.

Pero el río no solo atrae a quienes disfrutan del relax. Su caudal es ideal para la pesca deportiva, y la zona es conocida por la abundancia de truchas, algo que año a año convoca a pescadores que buscan tranquilidad lejos de los sitios más concurridos.

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La pesca deportiva es una de las actividades más usuales debido a la abundancia de truchas allí.

El entorno también es perfecto para quienes aman moverse: senderismo, trekking, mountain bike o simples caminatas alcanzan para conocer la enorme variedad de flora y fauna que habita en este rincón neuquino.

¿Cómo llegar desde Mendoza?

Si bien se puede optar por ir casi complemente a través de la Ruta Nacional 40, debido al mal estado de una gran parte de sus caminos entre el límite de Mendoza y Neuquén se sugiere tomar otra vía alternativa bien segura.

Para ello, hay que salir de Mendoza capital por la RN40 para luego enganchar la Ruta Nacional 143, avanzando hacia el sur hasta llegar a Santa Isabel. Desde allí el camino se continúa por la RN151, un tramo de meseta amplia y poco transitado, ideal para mantener un ritmo constante.

Luego enlazar con la RN 237, que te lleva directo hacia el corredor que conecta con la región de bosques y montañas. En el tramo final, se toma las rutas provinciales que llevan a los Pozones del Río Caleufú, principalmente la RP 63, que se adentra en una zona más verde y serrana.

Es una alternativa más tranquila, con menos tráfico y sin necesidad de recorrer la RN 40. El trayecto completo tiene unos 1.180 kilómetros y demanda entre 14 y 15 horas de viaje

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