El secreto mejor guardado para sembrar palta en casa

Germinar el carozo es sencillo, pero lograr frutos lleva años y depende del clima, la variedad y el manejo de la planta.

El secreto mejor guardado para sembrar palta en casa

Por: Franco Cerroni

Al mirar el carozo marrón que queda después de comer una palta (o famosamente llamado aguacate), la pregunta aparece casi de manera inevitable: ¿se puede plantar y hacer crecer un árbol en casa? La respuesta es afirmativa, aunque con una advertencia clara: cultivar un palto requiere paciencia y no siempre garantiza una futura cosecha. Aun así, ver crecer esta planta en maceta o en el jardín se ha convertido en un pequeño experimento botánico posible en casi cualquier hogar, incluso en departamentos.

Cómo es el palto y dónde crece mejor

En su hábitat natural, el palto puede transformarse en un árbol de gran porte, con alturas que oscilan entre los 10 y los 20 metros. Tiene hojas grandes, brillantes y de color verde intenso, y flores pequeñas y poco llamativas que, con el tiempo, dan origen al fruto.

El palto puede tener un gran porte de 10 o 20 metros de altura y se adapta mejor a climas templados o cálidos.

En Argentina, el cultivo se adapta mejor a regiones de clima templado a cálido, como el noreste, el noroeste, el Litoral, Cuyo y algunas zonas del centro del país. En cambio, en áreas donde los inviernos son más rigurosos -como Buenos Aires, Córdoba, La Pampa o regiones serranas- el palto necesita cuidados especiales para atravesar el frío.  

El frío, el principal enemigo del palto

Las heladas representan el mayor riesgo para este árbol. A partir de los 0 °C ya puede sufrir daños en hojas y ramas jóvenes, y por debajo de los -2 °C la planta entera corre peligro. Allí donde la escarcha se repite varias noches al año, el cultivo requiere un plan de protección invernal, especialmente durante los primeros años de vida.

Germinar una palta: el método más conocido

Según remarca la cuenta especialista en jardinería "Cosas del Jardín", la forma más habitual de iniciar el cultivo es a partir de la semilla. El método del vaso con palillos sigue siendo el más utilizado. No es truco rápido, pero funciona.

Paso a paso:

1) Lavar bien la semilla y quitar restos de pulpa.

2) Insertar tres o cuatro palillos para sostenerla.

3) Colocar la base del carozo en agua y la punta hacia arriba.

4) Cambiar el agua cada dos o tres días.

5) Entre 3 y 6 semanas aparecen raíces y brote: ahí ya puede pasar a maceta.

Es una experiencia ideal para chicos y adultos, aunque conviene saberlo de antemano: los paltos nacidos de semilla pueden tardar muchos años en dar frutos y no garantizan ni sabor ni tamaño.

Del brote a la maceta

Una vez que la semilla germina, llega el momento del trasplante a una maceta pequeña de 5 o 10 litros, que permita controlar mejor la humedad. El palto necesita un sustrato fértil y con buen drenaje, buena exposición al sol y riegos moderados, evitando siempre el exceso de agua. A medida que crece, irá pidiendo macetas de mayor tamaño y más espacio para desarrollar sus raíces.

El truco del carozo de la palta dentro de un vaso con palillos es uno de los métodos clásicos para poder germinarla.

Cultivo al aire libre o bajo techo

En regiones de clima cálido, el palto puede permanecer al aire libre durante todo el año. En zonas más frías, en cambio, conviene cultivarlo en maceta para poder trasladarlo bajo techo durante el invierno o protegerlo con mantas térmicas en las noches más frías. Ubicarlo cerca de una pared soleada y evitar corrientes de aire ayuda a minimizar el impacto de las bajas temperaturas.

El palto joven es especialmente sensible al frío. Con el paso de los años gana algo de resistencia, aunque nunca llega a tolerar temperaturas extremas.

¿Cuándo llegan los frutos?

En los ejemplares nacidos de semilla, la espera puede extenderse entre cinco y trece años, y aun así no hay garantías de producción ni de calidad del fruto. La genética juega un papel importante y el resultado puede diferir del de la palta original.

En cambio, los paltos injertados, que se consiguen en viveros, suelen comenzar a producir entre los tres y cuatro años, con frutos más previsibles en tamaño y sabor. Por eso, quienes buscan cosechar paltas propias suelen optar por un ejemplar injertado.

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La floración de esta fruta se produce en gran medida en primavera y madura entre fines del verano y del otoño.

Floración y cosecha

En la mayor parte del país, la floración del palto se produce en primavera y los frutos maduran entre fines del verano y el otoño, según la variedad. Un dato clave es que la palta no madura en el árbol: se cosecha firme y completa su maduración fuera de la planta.

El palto como planta de interior

El palto puede crecer en interiores luminosos como planta ornamental, aunque en esas condiciones es poco probable que florezca o produzca frutos. Para lograrlo necesita sol directo y amplitud térmica, dos factores difíciles de replicar dentro de una vivienda. Aun así, su follaje aporta presencia y un toque tropical a cualquier ambiente.

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